Los agoreros tenían razón. Los agoreros, cuando del Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA) se trata, siempre tienen razón. El SSPA no concede nada. El SSPA no avanza si no es a empellones. Prematuramente nos felicitábamos el pasado 19 de abril por el anuncio por parte de la Dirección General de Asistencia Sanitaria, de la asignación de enfermería pediátrica a los menores de 14 años en nuestra comunidad, como condición necesaria para el inicio de la desescalada en pediatría.
La infancia sigue siendo la gran olvidada del SSPA. Y no es porque la teoría sea desconocida para responsables políticos y de gestión que llenan su boca con palabras grandilocuentes como “La salud del futuro se cimenta en la salud infantil”, que quedan huecas cuando no se acompañan de hechos tangibles.
Esta teoría que llena sus discursos, es ignorado de forma activa y arrinconada en un lugar de sus mentes para que el polvo del olvido la cubra lentamente.
Para que esto no ocurra, para que la infancia no siga siendo la gran olvidada del SSPA, la Asociación de Pediatría de Atención Primaria (AndAPap) vuelve a levantar la voz, en un intento de sacudir conciencias y mentes:
La de nuestros políticos, generalmente graníticas e inamovibles, que solo se ven alteradas por la fuerza de los votos y el miedo a perderlos.
La de nuestros gestores, acomodaticias, soportan los más terribles vendavales volviendo tras los mismos a su posición original, en sus respectivos reinos de taifas siguiendo las directrices huecas del SSPA sólo si les conviene y hasta donde les conviene, para no descuadrar sus cuentas económicas (no la de resultados en salud) y siempre amparados en órdenes superiores que nunca se dan por escrito y nadie ha podido leer. Si los profesionales no existen, como en el caso de los pediatras, hay dinero de sobra para contratarlos; pero cuando los profesionales abundan, como en el caso de la enfermería pediátrica, escasean los medios económicos con qué contratarlos.
Los pediatras de Atención Primaria, aún esperamos poder comenzar la desescalada. La infancia, aún espera la desescalada para afrontar la “nueva normalidad”. Mientras no haya Enfermería Pediátrica, no es posible atender de forma adecuada a la infancia en esta nueva normalidad que requiere de mantener circuitos especiales, la distancia espacio-temporal para que la ciudadanía no se agolpe en las salas de espera, un adecuado triaje y un uso más racional de los recursos que escasean, como es el de especialistas en Pediatría.
Si no hay triaje que clasifique a los pacientes de riesgo, la probabilidad de contagios en los centros sanitarios y de retrocesos en lo avanzado, es manifiesta.
Las familias siguen sin poder coger cita directamente para los menores con su enfermera a través de la web o de la aplicación móvil o de salud responde, porque siguen sin tener enfermera. Se obliga a las familias a personarse en los centros sanitarios para conseguir
esas citas o a colapsar los teléfonos de los centros sanitarios, actualmente sobrecargados como consecuencia de la atención telemática que se presta a una gran parte de la población. Eso genera frustración en las familias que llaman y el teléfono comunica; y acuden a los centros frustrados por esa “falta de atención” que da lugar, en no pocas ocasiones a explosiones de violencia verbal (en el mejor de los casos), dirigida a profesionales sanitarios y no sanitarios, ya de por sí sobrepasados y al borde del “burnout”.
Sin enfermeras asignadas es imposible llevar a cabo los programas de atención a la salud infantil o a la cronicidad, que han estado aparcados durante el estado de alarma y siguen estándolo como consecuencia de la falta de profesionales de enfermería que los lleven a cabo.
Si los especialistas en Pediatría son presionados para que lleven a cabo labores que no les competen y para las que hay profesionales sanitarios más cualificados y que buscan trabajo, se produce un despilfarro insostenible en un sistema sanitario que ya hacía aguas antes de la pandemia por SARS-Cov2.
No es suficiente hacer planes de desescalada. Deben difundirse y deben ser implementados en todas y cada una de las zonas básicas de Andalucía y llegar a toda la infancia. No nos basta ya con las palabras ni la buena voluntad. AndAPap, cuya primera finalidad como asociación, según consta en sus estatutos, es “buscar el máximo estado de salud del niño y adolescente”, exige hechos.
El gran reto: reforzar la Atención Primaria para controlar la pandemia y para siempre
EL GRAN RETO: REFORZAR LA ATENCIÓN PRIMARIA PARA CONTROLAR LA PANDEMIA Y PARA SIEMPRE
El año pasado, la OMS incluyó el fortalecimiento de la Atención Primaria (AP) como uno de los retos mundiales de los sistemas sanitarios al amparo de la Declaración de Astana, donde por unanimidad todos los países acordaron y firmaron potenciar y desarrollar la AP para facilitar el acceso de todas las personas a una atención sanitaria de calidad.
Uno de las funciones claves de la AP es el control de las enfermedades transmisibles como se ha demostrado en la actual pandemia. Es indiscutible el inmenso valor de la Sanidad Pública en estas circunstancias para inclinar la balanza hacia el control de la situación, los hospitales asistiendo todos los casos graves que han precisado hospitalización, y la AP atendiendo y aislando a todos los enfermos y sus contactos y siguiéndolos hasta la curación o la finalización de la cuarentena, además de filtrar hacia el hospital al que enfermaba de gravedad.
El último documento del Ministerio de Sanidad llamado “Estrategia de Diagnóstico, Vigilancia y Control en la fase de transición de la pandemia de COVID-19, Indicadores de seguimiento” publicado con fecha 6 de mayo, con efectos para su cumplimiento desde el 11 de mayo, dice: “La detección precoz de todos los casos compatibles con COVID-19, uno los puntos clave para controlar la transmisión, pasa por reforzar los equipos de profesionales de la Atención Primaria garantizando la capacidad diagnóstica y de manejo de casos desde este nivel, asegurando la disponibilidad del material necesario para ello así como la disponibilidad de equipos de protección personal. Desde las CCAA se debe garantizar este diagnóstico y preparar a los centros de salud para el manejo y seguimiento de los casos. Asimismo, la realización de pruebas de PCR debe estar dirigida fundamentalmente a la detección precoz de los casos, priorizándose esta utilización frente a otras estrategias”.
El Ministerio pide a las CCAA que la Atención Primaria (AP) se organice y disponga de recursos para acometer un trabajo cuya necesidad es obvia e imprescindible para la contención de la epidemia, pero que indudablemente requiere muchos más recursos humanos, materiales y organizativos de los que ahora mismo disponemos. Pasamos a analizar la situación actual.
Hasta ahora, y en lo relativo en exclusiva al COVID, la AP ha realizado:
- La identificación de casos posibles.
- El seguimiento telefónico de todos los casos leves y de las altas hospitalarias de casos graves confirmados con el objeto de realizar el control de los síntomas, indicar el tratamiento, identificar la aparición de síntomas de gravedad que precisaran valoración o seguimiento presencial y/o derivación hospitalaria.
- Identificación, aislamiento y seguimiento telefónico de los contactos convivientes. Los contactos laborales han sido escasos desde que se inició el confinamiento y se redujo la actividad laboral a los servicios esenciales.
- La atención presencial en el centro de salud y domiciliaria a posibles casos COVID y a otras patologías.
- El soporte sanitario a las residencias de mayores y sociosanitarias.
- Los informes para justificar el desplazamiento para el apoyo domiciliario a personas de riesgo o aisladas.
- La atención a todos los problemas psicosociales de índole sanitaria que la actual epidemia ha generado.
- La indicación y seguimiento de las IT por casos posibles, probables, confirmados y contactos así como de los trabajadores de especial riesgo, excepto en los casos seguidos directamente por inspección médica.
- La atención telefónica a los problemas de salud de los pacientes de los cupos tanto a demanda de los pacientes y familias como de forma proactiva en el caso de pacientes pluripatológicos, complejos o con problemas sociosanitarios o especiales necesidades.
- La renovación de la medicación de largos tratamientos antes de que caducara la fecha límite en receta XXI a fin de garantizar la prestación farmaceútica.
- El apoyo de las unidades administrativas de los centros de salud ha sido crucial tanto en la atención telefónica y telemática, la entrega, recepción y envío de documentos, la ordenación de los circuitos de movimiento de pacientes, la información dada a los pacientes y el seguimiento de las normas de control y evitación de contagios.
El tiempo y la fuerza de trabajo para realizar todas esas actividades han salido hasta ahora de la supresión de la mayor parte de las actividades preventivas, del seguimiento de los enfermos crónicos estables, de la atención a patología aguda o subaguda más o menos leve o demorable, y de aligerar muchos procedimientos administrativos. Nos ha ocupado gran parte de nuestro tiempo y de la capacidad de resolución de la AP. Lo hemos hecho entre todos, trabajando con tesón, ideando soluciones con imaginación, flexibilizando nuestra organización y nuestro trabajo, aprendiendo de todo conocimiento nuevo y de cada nueva circunstancia, adaptándonos a los cambios y con mucha voluntad. Cuando decimos todos nos referimos a todos, desde los que gestionan hasta el último profesional, a todos los que trabajamos en el sistema sanitario público que ha soportado el envite de la epidemia, y a todos los ciudadanos que han colaborado enormemente.
Pero todo no han sido luces, también hay sombras. El sistema sanitario y la AP entraron en esta crisis aún sin reformar después de décadas de abandono, recortados y faltos de recursos, y eso se ha notado y mucho.
A todo lo que ya hacemos en relación con el COVID, ahora hay que añadir:
- El diagnóstico precoz de certeza o su descarte en todos los casos sospechosos. Esto supone entrevistar a todas las personas que presenten síntomas compatibles, solicitar las pruebas diagnósticas en 24 horas, tomar las muestras biológicas para ello (nasofaríngea y/o de sangre), e interpretar los resultados. Si queremos frenar esta epidemia, habrá que hacer una búsqueda activa de los casos, o se nos escaparán muchos y seguirá la transmisión del virus.
- Hacer las declaraciones obligatorias de todos los casos confirmados y sospechosos, y las encuestas epidemiológicas.
- Identificación, seguimiento y aislamiento de todos los contactos estrechos hasta 2 días antes del inicio de los síntomas. Esto durante el confinamiento ha sido fácil: los convivientes casi en exclusiva. En la fase actual incluye contactos laborales, familiares, en medios de transporte y en espacios abiertos o cerrados de todo tipo, es decir, pueden ser muchos.
- En breve, además, empezaremos a recuperar la actividad en las actividades relegadas temporalmente y que conforman la parte más amplia de nuestra extensa cartera de servicios.
Todo esto debemos hacerlo protegiendo del contagio a los pacientes, especialmente a los más vulnerables, y protegiendo de forma eficaz a los profesionales, que somos los más expuestos al contagio y a enfermar, como desgraciadamente se ha puesto en evidencia en nuestro país. Para ello, tendremos que mantener los circuitos de atención para pacientes con síntomas respiratorios independientes del resto de las actividades y de los espacios destinados a ellas, y evitar las habituales aglomeraciones que por falta de tiempo se producen en nuestras salas de espera.
¿Qué necesitamos?
- Es urgente tener Plantillas bien dimensionadas y estables en los puntos de urgencias de AP y en los cupos de los centros de salud, estas con un máximo de 1500 pacientes por médico de familia y 1000 niños por pediatra (ajustados por edad, nivel socioeconómico, dispersión geográfica y realización de jornadas de guardia). Hemos afrontado la pandemia sin tener en muchos sitios de Andalucía una ratio razonable de pacientes, y con plantillas mermadas por ausencias prolongadas sin sustituir, además de las bajas por contagio del COVID. Con la plantilla actual no podremos contener la pandemia y asumir la cartera completa de servicios, y menos aun cuando llegue el invierno y una probable segunda ola que coincidirá con la habitual gripe y el resto de las infecciones respiratorias, situación que sin COVID viene desbordando la AP año tras año sin que se solucione. Si no se prevé esta situación dimensionando de una vez las plantillas al alza con un colchón que garantice poder asumir aumentos de demanda, al menos los previstos (el incremento invernal lo es y la segunda ola de la pandemia se espera), las imágenes que veremos el próximo invierno de los servicios sanitarios desbordados no tendrán parangón con lo visto hasta ahora. Resolver las oposiciones y los traslados en curso es imprescindible para fidelizar las plantillas y dar respuesta a las necesidades y derechos de los profesionales
- Precisamos la cobertura de todas las ausencias y, de forma más perentoria, las vacantes por jubilación mediante interinidades (se conoce de antemano la fecha en que se producirán). No más contrataciones de 2 meses en plazas estructurales o que cada día sea un profesional médico o enfermero distintos el que atiende a un paciente. Los cupos repartidos entre los distintos profesionales y la dispensarización de la atención son un verdadero cáncer para la AP, acaba con su mayor fortaleza que no es otra que el conocimiento profundo de los pacientes y la continuidad de los cuidados. Es imprescindible asegurar la contratación a largo plazo de los especialistas en medicina de familia, pediatría, enfermería de familia y enfermería pediátrica que acaban en mayo; los necesitamos a todos para dar respuesta a las cargas de trabajo venideras.
- Protección de la salud y de la vida de los profesionales. La vigilancia de la salud de los profesionales y todo lo que ello conlleva ha puesto de manifiesto la precariedad e ineficacia de las Unidades de Prevención de Riesgos Laborales. Una grandísima asignatura pendiente de los servicios públicos de salud es el cuidado de sus profesionales. Llevamos décadas trabajando ignorados con ritmos de trabajo infernales, jornadas inasumibles, y enfermando por ello sin que se atienda a nuestras necesidades. La actual pandemia se está saldando con miles de sanitarios contagiados, muchos han enfermado de mucha gravedad, demasiados, algunos lamentablemente han fallecido, y ello por la falta de medios de protección y por la sistemática de trabajo, que lo ha facilitado. El estrés, la enfermedad y el agotamiento previo y actual nos hacen mella. No sabemos si los gobernantes son conscientes de este gravísimo problema, pero los profesionales por fin lo somos, nos jugamos la vida y la salud a corto y largo plazo. No volveremos a tolerar las situaciones de antes. Necesitamos medidas de protección (EPI) y cargas de trabajo y jornadas de intensidad y duración razonables, nunca más de 12 horas.
- Servicios de Salud pública y epidemiología bien dimensionados y a cargo de epidemiólogos, con comunicación de fácil acceso, ágil y bidireccional con atención primaria. Otra asignatura pendiente de la Sanidad Pública, junto a la AP.
- Agendas inteligentes y razonables: tiempo suficiente para todo y para hacer bien el trabajo. El tiempo es un recurso imprescindible. Trabajar a destajo y agobiados no es saludable para el profesional y tampoco para el que recibe la asistencia, aparte de que garantiza las aglomeraciones en las salas de espera. Serían necesarios al menos 15 minutos para consultas presenciales, 30 minutos para consultas programadas más complicadas, y 7 minutos para consultas telefónicas.
- Filtro para todos los motivos de consulta solicitados directamente por los pacientes con los profesionales del centro. La consulta del médico, antes presencial o ahora telefónica, es la puerta de entrada al sistema sanitario. Las demandas de cualquier tipo (clínicas, administrativas, sociales, de cuidados, estéticas, certificaciones e informes procedentes e improcedentes, y muchas otras aún más peregrinas) se consultan al médico de familia o pediatra restando un enorme tiempo precioso a las consultas clínicas importantes que de forma indiscutible son competencia del médico y que ningún otro profesional puede resolver. Esto no ocurre en ningún otro servicio público. El profesor no atiende las preguntas administrativas del centro educativo, el juez no resuelve las preguntas de las demoras en las notificaciones o realiza las funciones del secretario u otro funcionario, y ello porque si no aquel no tiene tiempo para enseñar a nuestros hijos y éste para estudiarse los casos y emitir sentencias. Es hora de revertir esta irrazonable situación creada por políticos que han sacrificado la atención sanitaria de calidad a una accesibilidad ilimitada, irrazonable e inmediata con el profesional de mayor competencia, proceda o no.
- Reparto eficiente de tareas entre los profesionales sanitarios: establecer sistemas específicos razonables de asignación-> intervención->profesional que la realiza (ejemplo consulta de una embarazada->matrona; síntomas respiratorios-> médico de familia; información sobre cita hospitalaria->administrativo; alteración de autocontroles en diabético o hipertenso->enfermería…). No son razonables algunos protocolos actuales para el control de la pandemia (Distrito Málaga) que establecen que es el médico el que hace el seguimiento de los contactos estrechos del enfermo. Esto consiste en sucesivas llamadas telefónicas para explicar el aislamiento y seguir a personas sanas durante su cuarentena (si enfermaran sí haría falta la intervención del médico). Tampoco es razonable que la atención a los pacientes sin cita la haga en primera instancia el médico sin triaje previo como viene sucediendo de forma habitual, o dejarse la decisión de forma exclusiva en un administrativo que ante la duda asigna el triaje clínico al médico nuevamente (AGS Jerez-Sierra de Cádiz). O que los niños no tengan enfermera asignada y esas funciones se hagan de forma dispensarizada cambiando constantemente de profesional, o directamente las haga el pediatra, sumadas a las suyas.
- Apoyo administrativo real y eficaz. El papel de las unidades de atención al usuario requiere su correcto dimensionamiento, la disponibilidad de medidas de protección suficientes debido a su posición de puerta de entrada, el aumento de líneas telefónicas, correos electrónicos, ordenadores, scaner, fotocopiadoras, recursos para la atención telemática y línea directa de comunicación y envío de documentos con unidades administrativas de servicios hospitalarios.
- Recursos materiales: acceso a pruebas diagnósticas en igualdad de condiciones a servicios hospitalarios, instrumentos de exploración, telefonía, telemedicina, recursos informáticos y medios de protección. Mención especial merecen varios temas. Uno es el de los vehículos para los desplazamientos a los domicilios de los pacientes, muchos bastante alejados de donde está ubicado el centro, o a otros consultorios, es inexplicable que hospitales y servicios de urgencias dispongan de vehículos para ello y la atención primaria no y el profesional tenga que poner su vehículo al servicio del SAS, además de poner en riesgo su seguridad y la de su familia que luego irán en ese vehículo. Otro es el suministro y lavado de la ropa de trabajo que también la pandemia ha puesto de manifiesto, en AP nos la llevamos a nuestras casas para su lavado con posibles virus incluidos, mientras que los hospitales siguen disponiendo de servicio de lavandería como ordena la normativa vigente (RD 664/1997).
- Coordinación eficaz entre todo el sistema sanitario y protocolos de actuación conjunta diseñados en igualdad entre AP y hospitalaria. Es necesario que cada nivel asistencial, tanto en primaria como en hospitalaria, asuman sus prescripciones, citas de consulta anuladas o perdidas por los pacientes durante el confinamiento sean primeras visitas o revisiones, y todos los trámites administrativos derivados de su atención a los pacientes (ambulancias, visados, informes, IT).
- Participación real de los profesionales. Procede la anulación de los acuerdos de gestión en curso. Los equipos deben participar en la elección de los directores de centros de salud. Las agendas de cada profesional deben ser establecidas con su acuerdo. La toma de decisiones en los centros debe ser compartida por el equipo para lo cual es imprescindible el establecimiento de cauces permanentes de comunicación y las reuniones de equipo donde poder plantear los problemas y aportar soluciones de forma participativa.
- Participación real de la ciudadanía. Establecer órganos de participación en cada centro con presencia de asociaciones comunitarias y de pacientes que permita trabajar con y para la comunidad.
- Gestores y directivos inteligentes, buenos conocedores de la sanidad y con capacidad de liderazgo. Es hora ya del necesario recambio de muchos de los directores y de algunos gerentes, no deberíamos afrontar una nueva oleada de la pandemia con la situación actual con centros donde la falta de liderazgo ha sido notoria. Insistimos en que los equipos deben participar en la elección de los directores de los centros de salud.
- Profesionales vocacionales, bien formados, motivados y con recursos suficientes. Frente a la precariedad laboral que aún persiste, establecer OPEs periódicas y ágiles en su resolución, cumplimiento de la legislación laboral en cuanto a ocupación de interinidades y asignación de sustituciones. Sin olvidar la necesaria equiparación salarial al resto de las comunidades autónomas, el pago adecuado de las horas extras y los horarios penosos, y garantizar nuestra formación para mantener nuestras competencias dentro de nuestra jornada laboral. Ahora somos muy conscientes de los riesgos y la dificultad de nuestra profesión, de la oportunidad de reconocimiento más allá de los aplausos y de la necesidad de salir del trabajo y que sea tiempo de descanso, y no seguir estudiando en casa diariamente con la intensidad y frecuencia con que lo venimos haciendo. Nuestro trabajo debe terminar al salir del trabajo.
- Ciudadanos bien informados y concienciados de un uso responsable de la sanidad pública. Es necesario dar información veraz y eficaz a la ciudadanía sobre prestaciones y funcionamiento del sistema sanitario con comunicación de derechos y deberes y orientados al buen uso de los servicios sanitarios.
Para todo esto necesitamos políticos comprometidos con la sanidad pública, que eviten el desvío de fondos de la sanidad pública a la privada y que apuesten de forma decidida por la AP mediante la FINANCIACIÓN SUFICIENTE DE LA ATENCIÓN PRIMARIA, esto se materializa en la asignación del 25% del presupuesto sanitario. Una AP fuerte y eficaz es indispensable SIEMPRE para garantizar un buen funcionamiento del resto del sistema sanitario, y especialmente en situación de pandemia.
Preguntamos: ¿Cuánto vale nuestra salud y nuestra vida?
A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha habido epidemias: viruela, sarampión, peste o gripe han diezmado la población una y otra vez. Los más frágiles y otros no tanto, más muchos de los que los cuidaban, morían, los médicos entre ellos, porque aunque parezcamos fuertes la exposición repetida nos puede debilitar. Eso era inevitable, dirá cualquier avezado lector, porque no se sabía nada o casi sobre los gérmenes responsables y tampoco cómo protegerse.
Llegó el coronavirus SARS-COVID 19 y, a pesar de toda nuestra ciencia, nos pilló desprevenidos. En poco tiempo conocemos desde la secuencia de su ARN, a una gran variedad de síntomas y presentaciones, y cómo se contagia. Lo que aún no tenemos es herramientas para derrotarlo, a saber, fármacos verdaderamente eficaces y vacunas. Estamos toda la humanidad intentando frenarlo y ganar tiempo, atendiendo a los afectados y procurando que no falten los recursos para los que enferman de gravedad. Intentando salvar vidas mientras se investiga.
Apenas tenemos armas, pero sí hay escudos. Se llaman Equipos de Protección Individual (EPIs). Consisten en todas esas cosas que nos ponemos para impedir que el virus llegue hasta nosotros, que entre por nuestros ojos, nariz o boca, y enfermemos. El aprovisionamiento de escudos no fue una prioridad absoluta como debiera haber sido y, tras más de un mes, sigue llegando en cantidades insuficientes.
La escasez de EPIs la hemos suplido con ingenio y con solidaridad. Nuestros chats están llenos de ideas e inventos para fabricarnos o reutilizar mascarillas, máscaras con plásticos o batas impermeables con sacos de basura. A nuestros centros ha llegado todo tipo de escudos donados por particulares, organizaciones o empresas. Y así sobrevivimos la mayoría, con el resultado de más de 35.000 contagiados y 37 muertos, en su mayoría médicos de Atención Primaria, y esto no es de extrañar, somos muchos en la primera línea y es adónde menos llegan los recursos, como siempre.
Tampoco es entendible que compañeros especialmente vulnerables ante este virus hayan trabajado o se pretenda que trabajen en puestos donde están expuestos al contagio, y por tanto, a enfermar con mayor gravedad.

Los sanitarios sentimos que ABUSAN de nosotros, de nuestra vocación por ayudar a los demás. Nuestra salud no parece importarle a nuestros gobernantes, esa es la realidad. Nos han usado durante décadas para atender a los pacientes a destajo, con cargas de trabajo y jornadas imposibles, con contratos vergonzosos y una precariedad laboral propia de un país donde falta el respeto a las más mínimas condiciones laborales.
Sanidad pública con muchas teóricas prestaciones pero low cost a costa de los profesionales. Ese ahorro de dinero institucionalizado siempre nos ha costado un enorme precio en salud que ahora se ve en cifras: el país con mayor porcentaje de sanitarios contagiados en todo el planeta.
Somos David luchando contra Goliat protegidos con escudos de cartón en la edad de los metales.

Hoy a las 20.30h el ejército de David saldrá a las redes para contar lo que estamos pasando. Para que no olviden que podría haberse evitado y que nuestra salud también es importante, para que se agilicen las soluciones, para expresar que estamos HARTOS, para avisar a la sociedad entera que no volveremos a tolerar el trato que hasta ahora hemos recibido.
Nuestro agradecimiento más sincero a todos los que nos estáis ayudando y trabajando desde todos los ámbitos, intentando paliar el déficit de escudos.

Petición al Consejero de Salud sobre el complemento CRP
Señor Consejero de salud:
Recientemente ha hecho usted una declaraciones públicas (que además han tenido repercusión en los medios de comunicación) en las que afirmaba que a los profesionales sanitarios del sistema sanitario público de Andalucía se nos va a abonar una cantidad que usted ha denominado como incentivo por nuestro trabajo durante la pandemia COVID-19. Este mensaje que usted transmite a la población no se ajusta a la realidad.
Esa cuantía que se nos va a abonar NO es un incentivo por lo actual, sino que es una retribución anual que se nos abona en función del grado de cumplimiento de unos objetivos que nuestros directivos asumen (no los profesionales) cada año, y que se percibe al año siguiente, en dos partes iguales en los meses de julio y octubre. Se llama Complemento de Rendimiento Profesional (CRP) y este año cobraremos el correspondiente al año 2019. La cuantía depende de la calificación obtenida por el centro de trabajo y por el profesional. La diferencia que usted anuncia consiste en que se nos va a hacer un primer pago del 35% del total sin evaluación previa, que luego se ajustará a la calificación realmente obtenida en la mensualidad de octubre.
En la actual crisis sanitaria provocada por la pandemia COVID-19, los profesionales de la sanidad pública andaluza seguimos trabajando día a día para todos los andaluces porque esa es nuestra responsabilidad y nuestro deseo, poniendo en riesgo nuestra salud y la de nuestras familias por intentar dar la mejor asistencia sanitaria posible y cuidar de los pacientes que ponen su confianza en nosotros.
Y, aunque estaría sobradamente justificado, no vamos a reivindicar una retribución extra. Creemos que es momento de trabajar y colaborar. Sólo queremos los medios para hacer bien nuestro trabajo y para evitar en lo posible enfermar e incluso morir en el empeño.
Nos sentimos dolidos por cómo se ha anunciado el cambio en el pago del complemento CRP como un premio, cuando en realidad es sólo el salario establecido. Agradeceríamos una rectificación pública.
Dada la situación actual y ya que hablamos del CRP, creemos oportuno que cuando percibamos el correspondiente a 2020 en el próximo año, no se nos evalúe según los objetivos que estuvieran previstos, imposibles de cumplir, y no se reduzca la retribución en función del porcentaje no obtenido, como se viene haciendo hasta ahora, incluso si no disponemos de los recursos y de las plantillas adecuadamente dimensionadas para conseguirlos.
Otro tema es la idoneidad de este tipo de retribución y las consecuencias sobre nuestra práctica asistencial y la asistencia sanitaria, pero de eso seguiremos hablando en otras circunstancias.

Propuestas para la Atención Primaria durante y tras la pandemia de COVID 19
Se avecinan cambios importantes en la asistencia sanitaria debido a la evolución de la pandemia y las medidas adoptadas durante la alerta sanitaria. Con este documento, y tras analizar las oportunidad y rentabilidad de las medidas adoptadas hasta ahora, queremos aportar ideas y soluciones para remodelar la Atención primaria y poder anticiparnos a lo venidero, consolidando lo acertado y previniendo el futuro.
PREVISIONES DE NECESIDADES DE ASISTENCIA EN ATENCIÓN PRIMARIA:
- Atención a un aumento de las demandas de consulta de los pacientes y consultas por motivos de salud evolucionados no consultados.
- Seguimiento de afectados por COVID telefónico y presencial, en el centro de salud y en el domicilio
- Restablecer la atención a urgencias y emergencias en los c de salud
- Retomar el seguimiento de pacientes con patologías crónicas y el agravamiento producido por la falta de control y por el confinamiento
- Retomar el seguimiento de pacientes incapacitados en domicilio y sus cuidadores
- Retomar la atención pediátrica suspendida (controles de Niño Sano, calendario vacunal, seguimiento de problemas de salud) y de los problemas emergentes por la pandemia y el confinamiento.
- Atender el aumento de problemas de salud mental derivados de la pandemia: confinamiento, pérdida de familiares y amigos, pérdida de empleo, problemas de convivencia familiar, problemas económicos.
- Pérdidas de citas de pruebas complementarias y consultas en atención hospitalaria.
- Seguimiento de IT en todas las modalidades: por problemas comunes, por COVID, por aislamiento, por riesgos especiales…..Marco laboral diverso y complejo en la nueva situación
- Retomar el seguimiento de programas suspendidos: vacunas, citologías, embarazo, tabaco, retinografías, colonoscopias….
PROPUESTAS:
- Atención a un aumento de las demandas de consulta de los pacientes.
Mantener un tramo de agenda de consultas telefónicas/telemáticas con tiempo asignado de al menos 5-7 minutos y límite diario. Importante recoger el motivo en la medida de lo posible y registrarlo al coger la cita para permitir el trabajo posterior.
Establecer consultas demanda presenciales aumentando el tiempo a 10 minutos ya que los motivos de consulta previsible no han sido evaluados durante un periodo más largo que habitualmente y van a requerir detenimiento en la exploración y toma de decisiones.
- Seguimiento de afectados por COVID.
- Establecer protocolos de seguimiento según gravedad de los casos con atención hospitalaria. Incluir Enf infecciosas, Neumología, Rehabilitación (respiratoria, por inmovilidad) y Salud Mental (estrés postraumático, duelo)
- Acceso de primaria a pruebas complementarias que puedan necesitarse en el seguimiento (PCR, serologías, TAC torax, ecocardio).
- Dotar a los centros con vehículos para desplazamiento a los domicilios, medios de protección contra agentes biológicos (EPIs) y tiempos protegidos para la actividad domiciliaria.
- Restablecer la atención a urgencias y emergencias en los centros de salud
- Mantener un triage y circuitos separados que permita separar la patología compatible con COVID hasta que las autoridades sanitarias den por finalizado el riesgo de contagio.
- Establecer un triage para las patologías no sugerentes de COVID que estratifique el profesional idóneo y el tiempo en que debe atenderse la demanda.
- Retomar el seguimiento de pacientes con patologías crónicas
Se requiere que se cuente con la totalidad de las unidades m familiar-enfermería, siendo prioritario que estén cubiertos todos los puestos y con la mayor continuidad en los puestos como requiere la atención a este tipo de pacientes.
En las agendas se incluirán consultas programadas con tiempo de al menos veinte minutos para dedicar a este tipo de pacientes.
Establecer interconsultas telemáticas/telefónicas ágiles o que permitan comunicar con los servicios hospitalarios para consensuar los casos que requieran de su intervención.
Utilización de consulta telefónica para entrega de resultados:
- Analítica sin cambios en el tratamiento: enfermería, con necesidad de cambios en el tratamiento: M Familia, pediatra
- ECG normal: enfermeria, anormal: MF/pediatra
- Espirometría normal–:enfermería, anormal: MF/pediatra
- Retinografía normal: enfermería, anormal: MF
- Retomar el seguimiento de pacientes incapacitados en domicilio y sus cuidadores
Establecer en las agendas de MF y ENF tiempo asignado a la realización de visitas domiciliarias programadas.
- Retomar la atención pediátrica
– Consultas a demanda de 10 minutos, programadas de 20 y telefónicas de 5-7 minutos, con límite de número de consultas y distribución según el profesional.
– Asignación de enfermera pediátrica con papel específico en los programas de salud en la infancia y seguimiento de pacientes crónicos.
- Atender el aumento de problemas de salud mental y sociosanitarios derivados de la pandemia.
Establecer protocolos de intervención con los equipos de salud mental reforzando formas de atención psicológica que incluyan consultas telefónicas a los pacientes por parte de estos equipos, valorar el establecimiento de terapias grupales específicas…
Incluir en las agendas del MF consultas programadas de al menos 20 minutos para atender a estos problemas de salud, complejos y duraderos.
Reforzar la atención de las trabajadoras sociales en la atención a la problemática sociofamiliar emergente.
- Seguimiento de IT en todas las modalidades: por problemas comunes, por COVID, por aislamiento, por riesgos especiales…..
Implicación de todos los agentes implicados: inspección médica, INSS, mutuas, servicios de medicina empresa….simplificando los métodos y reduciendo la burocracia.
- Retomar el seguimiento de programas suspendidos o reducidos:
Restablecer en las agendas los programas, con importancia de las actividades preventivas en relación con el mantenimiento de la salud en pacientes crónicos.
Comunicación telefónica de resultados analíticos de seguimiento de gestantes y de citologías: matrona
AGENDAS, CIRCUITOS Y CITA PREVIA
Cita Previa: Lo ideal es que haya siempre un filtro que determine cuál es el tipo de consulta idónea y el profesional que la realiza:
- Para Consulta presencial de médico o enfermero sólo demandas de tipo clínico: todas las citas a través del SAC del centro de salud, solicitadas de forma presencial o por teléfono. El administrativo determina qué tipo de cita y con qué profesional, salvo que pueda resolver directamente la petición. Citas de al menos 10 minutos
- Para Consulta telefónica de médico o enfermero: Citas de al menos 7 minutos.
- salud responde o SAC asigna la cita al profesional idóneo previo filtro.
- Si la cita se asigna por la app (sin filtro), cita telefónica para enfermería que podrá solucionar de forma directa y/o filtrar hacia el médico u otro recurso.
- Citas telefónicas reservadas para seguimiento de los pacientes con covid confirmado o posible, con citación exclusiva por los profesionales:
- Médicas: para pacientes con comorbilidad o que han presentado neumonía o ingreso hospitalario o evolución tórpida.
- Enfermera: para pacientes con síntomas leves o seguimiento del aislamiento de contactos estrechos.
- Consulta administrativa: citas de 5 minutos.
- Sólo para renovación de recetas de tratamiento crónicos sin cambios en el tratamiento, o de partes de confirmación que no precisan valoración clínica (indicado así por el médico): a través de app o salud responde.
- Para renovación de recetas que precise algún cambio: cita telefónica para médico o enfermero asignada desde el SAC del centro de salud o salud responde.
Cita no demorable: consulta de índole clínica que requiere atención inmediata o en el día. Siempre se asigna desde el SAC que realiza el filtro entre consulta clínica y no clínica.
- En el caso de que proceda una consulta clínica, salvo urgencia vital o muy grave, la citará a enfermería en primer lugar. Enfermería resuelve o filtra hacia el médico u el recurso que proceda.
- Si no procede una consulta clínica presencial inmediata o en el día, el SAC asignará el tipo de cita y día más idóneos.
- Las consultas por síntomas respiratorios se derivarán de forma inmediata al circuito médico correspondiente mientras se mantengan las medidas de alarma sanitaria.
Citas programadas: las asigna el profesional médico o enfermero cuando detecta la necesidad. Al menos 20 minutos.
- Citas presenciales de médico y/o enfermeropara revisión de crónicos.
- Citas presenciales médicas para evaluación y seguimiento de procesos emocionales y psicológicos de inicio reciente o por empeoramiento de los previos. (Apoyo del Equipo de Salud Mental)
Agendas para visitas domiciliarias: tiempos protegidos en la agenda diaria para visitas a domicilio entre 1 y 2 horas, según la dispersión geográfica de la zona
Seguimiento de pacientes crónicos
- Detección de pacientes descompensados: cita médica presencial en demanda clínica o programada con MF/ENF, según la complejidad del paciente.
- Paciente estable que precisa control analítico o de otro tipo de prueba (ECG, espirometría):
- Cita en enfermera de UAF/TCAE para extracción/realización de prueba y cita telefónica de enfermería a los 7- 10 días para comunicación de resultados y programar seguimiento.
- Si se detecta anomalía, valoración por el médico y cita telefónica o presencial médica según resultados.
- Renovación/cambio de medicación crónica: en cita presencial si se produjera, telefónica o administrativa.
- Facilitar los listados de medicación crónica tanto a AP como a AH cuya prescripción acabe próximamente, en un tiempo menor a 3 meses, para su renovación/revisión a iniciativa del facultativo.
INCAPACIDAD LABORAL TRANSITORIA
La reincorporación al trabajo presencial en determinados sectores va a generar un aumento muy significativo de las situaciones de ILT en personas especialmente vulnerables a la infección por COVID 19 que ahora están en situación de ERTE, permiso, teletrabajo…
Se proponen 2 alternativas dado que esa ILT es asimilada a accidente laboral y el origen está en el riesgo por las características del puesto del trabajo:
- Las Mutuas facilitan la ILT y hacen el seguimiento hasta la finalización de la situación de riesgo laboral. Para ello deben tener evaluados a los distintos trabajadores. En caso de no disponer de la información sobre el diagnóstico que genera la vulnerabilidad, el trabajador solicitará informe al sistema sanitario público a través de cita telefónica para su enfermera, que lo enviará por correo electrónico. En caso de duda, la enfermera consultará al médico correspondiente.
- Los médicos de familia facilitan la ILT para lo cual:
- el trabajador aportará informe de la mutua/empresa por correo electrónico al centro de salud donde especifique el puesto de trabajo y que no es posible la adaptación del mismo.
- La situación de ILT se mantendrá hasta el fin de las medidas de alarma sanitaria específicas.
- Se remitirá al trabajador sólo baja y alta a través del correo electrónico.
- Para la generación de los partes de baja, confirmación y alta, se citarán en consulta administrativa en citas reservadas para esa actividad.
RECUPERACIÓN DE CITAS DE PRUEBAS COMPLEMENTARIAS Y CONSULTAS EN ATENCIÓN HOSPITALARIA
Las debe gestionar directamente el hospital, asignando automáticamente nuevas citas a los pacientes.
Se dan diversas situaciones:
- Primera visita con consulta hospitalaria en que el paciente fue citado pero no fue por el confinamiento. No se hizo consulta telefónica. Aunque no haya sido visto debe recitarse directamente.
- Visita de revisión en consulta hospitalaria en que el paciente no fue contactado y por tanto no se ha planificado seguimiento. Debe recitarse directamente por el servicio.
- Visita de revisión en consulta hospitalaria en que el paciente fue contactado, se realizó consulta telefónica y se ha planificado seguimiento. Debe recitarse directamente por el servicio.
- Prueba complementaria en que el paciente fue contactado para anular la cita. Debe recitarse directamente por el servicio correspondiente.
- Prueba complementaria en que el paciente no fue contactado para anular la cita. Debe recitarse directamente por el servicio correspondiente.
Cada servicio se encargaría de sus citas anuladas, postpuestas o a las que no se haya presentado el paciente durante el periodo de confinamiento.
Andalucía, a 12 de abril de 2020

#NiUnTestDeMenos
¿Resurrección de la Atención Primaria?
Este año, como tantas otras fechas del calendario de este 2020, el día de la Atención Primaria que celebramos cada 12 de Abril se ve inmerso dentro del periodo de estado de alarma que la crisis del coronavirus nos ha impuesto. Confinados como llevamos ya un mes y aun sin visualizar claramente el fin de este confinamiento, quisiera poner en valor la labor de tantos y tantos médicos de familia que hemos seguido al pie del cañón dando lo mejor de cada uno de nosotros para acabar con este enemigo invisible y sus consecuencias. Antes, sin embargo me gustaría tener un sentido recuerdo para todos los fallecidos, asi como para los aun hospitalizados, deseándoles la más pronta recuperación a todos ellos.
En cuanto al tema que me ocupa, la Atención primaria, tengo que lamentar de nuevo la poca visibilidad que se hace de nuestro trabajo desde las autoridades sanitarias y medios de comunicación, que siguen deslumbrados por las tecnologías hospitalarias, cuando el fin de todo sistema sanitario debía ser la utopía de evitar la enfermedad, siendo su éxito el necesitar de los procedimientos hospitalarios lo menos posible. ¿Cómo se va a lograr eso sin Atención Primaria?
Ha llegado el momento ya de señalar la importancia de la Atención Primaria, no solo mostrando su labor longitudinal preventiva, de promoción de la salud, diagnóstica, terapéutica y rehabilitadora, así como su función comunitaria, tan ocultada e imprescindible, sino que debemos además sacar las enseñanzas que esta pandemia nos está ofreciendo. Basta con observar los resultados en salud que han obtenido otros países que han utilizado su Atención Primaria de forma más eficaz. Todo ello desgraciadamente ya lo conocíamos. Que no suframos otro varapalo como este para aprender.
A falta de los estudios epidemiológicos que deben realizarse aun para conocer el alcance real en cuanto al número de infectados, en Atención Primaria somos testigos en primera línea de como ese número de infectados es mucho más elevado del que las cifras oficiales a día de hoy constatan. Los médicos de familia somos en la gran mayoría de los casos los primeros que detectamos los casos de Covid-19, como casos sospechosos inicialmente , bien por llamadas telefónicas de los propios pacientes, porque acuden a nuestros centros de salud o porque somos los que desde los servicios de urgencias extrahospitalarias acudimos a sus domicilios (a veces advertidos de estar ante un posible caso o, en otras ocasiones, acudiendo por, aparentemente otra causa, detectando el posible caso una vez in situ). Este trabajo poco visualizado en los medios nos hace testigos de cómo los casos de coronavirus que tratamos desde Atención Primaria podrían ser hasta 10 o más veces los casos confirmados oficialmente. Algún estudio matemático habla de que en la fecha actual podría estar contagiado hasta un 15% de la población española, unos 7 millones de ciudadanos. Aun teniendo en cuenta que muchos no habrán consultado por haberla sufrido de manera asintomática, podéis haceros una idea del elevado número de casos atendidos en Atención Primaria.
Este hecho, el ser la primera línea, nos ha convertido por desgracia en la primera especialidad médica en cuanto a casos contagiados e incluso a muertes dentro del colectivo sanitario. Si restamos el número de médicos jubilados que han fallecido por el Covid-19, los médicos de familia somos el 80% de los fallecimientos en el colectivo médico.
Aquí, de nuevo, tengo que levantar mi voz contra la falta de medios que padecemos en Atención Primaria. No, no utilizamos respiradores ni solemos intubar (a veces también nos vemos obligados a ello) pero somos los primeros en enfrentarnos al virus, muchas veces “disfrazado” de otra dolencia o incluso en pacientes asintomáticos (el hijo que acompaña a su madre y no sabe que lo tiene mientras tú la visitas). Necesitamos dotación, personal y medios materiales (siempre exigiendo lo mismo desde Atención Primaria). No puede ser que en el medio donde más casos hay (“la calle”) y donde, además, menos obvio es, sea donde menos medios de protección tenemos.
Y todo ello sin olvidar las miles de llamadas de teléfono realizadas, que no solo han servido para detectar posibles casos (conocemos a nuestros pacientes, a los más vulnerables) sino que han servido para tranquilizar en estos momentos angustiantes y, no olvidemos, atender también el resto de enfermedades que no se “confinan” y han seguido existiendo: infecciones, diabéticos o hipertensos descontrolados, cefaleas, ictus, dolores de toda índole, …
Hemos visto como países en los que se están obteniendo los mejores resultados utilizaban su Atención Primaria (con vehículos, EPIs, personal,…) para detectar, tratar y controlar a los pacientes afectados por el coronavirus en sus propios domicilios, evitando con ello en muchos casos, no solo contagiar a otros pacientes en su “deambular” buscando ayuda sino incluso evitando ingresos y peores evoluciones de los cuadros. Tenemos, aquí también, que seguir exigiendo medios diagnósticos y terapéuticos…la atención domiciliaria, ese otro pilar de la Atención Primaria.
Creo que no puede pasar ya un día más sin situar a la Atención Primaria donde debe, por el bien de todos, de toda la Comunidad, y en cuanto vayamos superando esta pandemia tendremos que sentarnos a hablar de presupuestos, de medios personales, de diagnóstico, de tratamiento (resolución),… Todo ello comenzando por su dignificación en los medios y por las autoridades políticas.
Domingo 12 de Abril de 2020, día de la Atención Primaria. Domingo de Resurrección. ¿Resurrección de la Atención Primaria?
Fernando Ramírez Gómez, Vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Cádiz y Presidente de Basta Ya Cádiz

#NiUnDíaMás sin medios de protección adecuados y suficientes para los profesionales
Coronavirus. La Atención Primaria siempre cerca
Ante la pandemia mundial del coronavirus los servicios sanitarios asumen el papel fundamental en la lucha contra esta enfermedad. La situación desborda todas las formas de trabajo y organización sanitaria y pone a prueba cualquier forma de funcionamiento previo. También hace visible que la falta de recursos por los recortes sufridos en la última década ha deteriorado el sistema público en nuestro país.
En medio de todo el sufrimiento de la población los profesionales sanitarios luchamos en primera línea contra la extensión del virus, cada uno desde el lugar que nos corresponde (Hospitales, Atención primaria, Urgencias de ambos niveles asistenciales y Salud pública). Y ello, a pesar de que en numerosos sitios carecemos de los recursos suficientes y de los medios de autoprotección necesarios, como demuestra el alto porcentaje de profesionales contagiados y, por desgracia, los primeros fallecidos entre nosotros.
Es fundamental ayudar al confinamiento domiciliario y a evitar la confluencia de personas, más aún en los lugares de mayor posibilidad de contagio como son los centros sanitarios. Por ello, la Atención Primaria ha tenido que reorganizar sus formas de trabajo para garantizar la asistencia sanitaria imprescindible y la atención a los afectados por la pandemia y a todas sus consecuencias relacionadas con la sanidad. En esta crisis nuestras funciones se concretan en lo siguiente:
- Mantenimiento de servicios básicos esenciales en los centros de salud:
- Consulta a demanda de medicina de familia, pediatría y enfermería: Se han reducido las citas presenciales y se han organizado y potenciado las citas telefónicas. Se han establecido circuitos separados para pacientes con patología respiratoria y no respiratoria para minimizar el contagio.
- Avisos urgentes e indemorables a domicilio de medicina familiar y enfermería.
- Consulta de Recién Nacido Sano: en el Prematuro o Patológico.
- Vacunas: Hasta los 15 meses de vida, en embarazadas y en enfermos de especial riesgo.
- Atención al Embarazo: Se realizan tres visitas: primera visita, semana 22 y semana 36.
- Extracciones: urgentes o estrictamente necesarias (oncología).
- Atención a urgencias y emergencias a domicilio, y presencial en horario de 8-20 h por todos los centros de salud y en horario de 20 a 8 h en los centros donde previamente había,estableciéndose también circuitos separados para pacientes con patología respiratoria y no respiratoria.
2. Citas para consulta telefónica accesibles para ser obtenidas a través de Salud responde o la APP para consultar sobre problemas de salud en los que no es imprescindible acudir al centro.
– Se ofrece comunicación del resultado de pruebas complementarias que requieran modificaciones en las intervenciones ya pautadas previamente a los pacientes.
– Ajustes de tratamiento en procesos ya diagnosticados o conocidos.
– Renovación de la receta electrónica para garantizar la dispensación en las farmacias de los tratamientos crónicos a todos los pacientes que lo precisan.
– Emisión de partes de baja laboral y su confirmación para pacientes con enfermedad posible o confirmada de coronavirus, así como para la cuarentena de sus contactos estrechos y convivientes.
3. Valoración telefónica y presencial de pacientes con patología respiratoria para discriminar los criterios de sospecha de afectación por coronavirus así como de su gravedad y toma de decisiones sobre cursos de acción posterior (mantenimiento en domicilio, necesidad de valoración clínica y/o derivación hospitalaria). También seguimiento telefónico de los casos probables, confirmados y sus contactos mediante llamadas periódicas hasta la resolución del cuadro clínico.
4. Seguimiento telefónico de los pacientes de mayor riesgo, incapacitados en domicilio, ancianos frágiles y familias de riesgo social, para valorar su situación clínica y sociosanitaria, derivando a la trabajadora social aquellos casos que necesiten recursos para mantener el aislamiento.
5. Información telefónica sobre la enfermedad, sus formas de transmisión, cómo evitar el contagio y cumplir adecuadamente el aislamiento, cómo prevenir descompensaciones de patologías previas, adaptación de alimentación y actividades, y abordaje del miedo y los trastornos emocionales provocados por la situación.
6. Soporte informativo y de asistencia sanitaria a centros cuya finalidad es la acogida y ayuda social.
Todas estas actividades se mantienen asumiendo las propias y las de los compañeros conforme van enfermando. Con ello intentamos detectar y facilitar la atención al 80-90% de las situaciones de salud y sociosanitarias que se están produciendo.
Los ciudadanos cuentan con los equipos de Atención Primaria para afrontar esta crisis sin precedentes, con la certeza de que estamos trabajando duramente para mantener al máximo la salud de la población manteniendo las características que nos identifican: garantía de eficacia y eficiencia del sistema sanitario, cercanía, asistencia personalizada, acompañamiento, continuidad asistencial y atención integral.
Los profesionales estamos seguros de que tras esta crisis el sistema sanitario público saldrá reforzado y será valorado como logro social y un pilar inestimable de nuestra sociedad, ya que garantiza la eficacia, la solidaridad y la equidad en el mantenimiento de la salud de la población en general, y de cada persona en particular.
Entre todos lo lograremos.

Coronavirus y profesionales sanitarios
El Coronavirus, un simple virus respiratorio como tantos otros que nos usan para sobrevivir, ha venido a poner en evidencia la debilidad y la fortaleza de nuestro sistema sanitario.
Por una parte, es un sistema sanitario público con solera, organizado y accesible.
Por otra parte, carece de los recursos necesarios y las estrategias para atender a los requerimientos de la población en estado habitual. Ello se manifiesta en las interminables listas de espera y en la sobrecarga permanente de los profesionales, que a su vez es debida al volumen de trabajo y a los horarios y duración de las jornadas.
En situación “normalizada”, los médicos sufrimos una mayor mortalidad y enfermedades: suicidios, eventos cardiovasculares, cáncer, trastornos mentales o síndrome de burnout (quemado). A la dificultad y penosidad intrínseca de nuestro trabajo, se le añaden unas condiciones laborales deplorables: precariedad laboral, horarios insufribles y trabajo a destajo.
Si nos centramos en la Atención primaria, tenemos una carencia crónica de plantilla. En Andalucía durante años se han esforzado mucho en ahorrar a costa de no dimensionar adecuadamente el número de profesionales y de nuestros salarios, y ahora seguimos igual, y sin previsión de solución. No han destinado presupuesto para ello.
Afrontamos la crisis actual del Coronavirus sin material suficiente para nuestra protección. Esto era esperable debido a la excepcionalidad de la situación, y esperamos que se vaya solventando, aunque los profesionales pagaremos probablemente un precio en nuestra salud. Pero que las plantillas estén de forma crónica por debajo de mínimos razonables y, para colmo, con numerosas ausencias sin sustituir, es intolerable. El trabajo y la atención sanitaria la sacamos adelante los profesionales, nos merecemos un trato mejor.
Actualmente en Andalucía hay médicos de familia en desempleo, y las bolsas de trabajo de otras categorías están llenas. El dimensionamiento adecuado de las plantillas y la cobertura completa de las mismas no es un problema en muchos casos de falta de profesionales, sino de voluntad política de destinar dinero a ello. Es el momento de solucionarlo, no puede demorarse más.
Y no hablemos de la falta de recambio de los directivos, ahora nos está pasando factura debido a la escasa iniciativa y eficacia para implementar los protocolos de actuación a nivel local.
El Sr. Ministro dice que quiere que los profesionales estemos en buenas condiciones para atender a la población. Sus declaraciones nos han indignado a todos los profesionales porque los ejemplos de condiciones abusivas son patentes y palpables por todo el territorio nacional. Nuestra salud vale tanto como la del resto de los ciudadanos pero nuestros políticos lo ignoran sistemáticamente, siempre priorizan otro lugar donde invertir el dinero público.
El Coronavirus va a poner a prueba nuestro sistema sanitario pero también la tolerancia de los profesionales con nuestras condiciones laborales.
Ahora los profesionales nos emplearemos a fondo para ayudar en lo posible a nuestros conciudadanos, y pagaremos el precio en nuestra salud que corresponda, como hemos venido haciendo hasta ahora. Pero cuando la actual crisis sanitaria termine será el momento de exigir a la sociedad y a nuestros gobernantes el compromiso debido a nuestra dedicación y esfuerzo en forma de recursos humanos y materiales suficientes, y unas condiciones laborales que respeten nuestras necesidades como profesionales y como personas.
¡¡¡Las mujeres ¿y los niños? primero!!!
¡¡¡LAS MUJERES ¿Y LOS NIÑOS? PRIMERO!!!
«No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana».
Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990.
INTRODUCCION:
El imperativo categórico de «mujeres y niños primero» es una práctica caballerosa, una costumbre o un protocolo por el que, durante una amenaza mortal (típicamente, en un naufragio con un número insuficiente de botes salvavidas), las mujeres y los niños son los primeros en ser evacuados. Sin embargo hay que decir que no pasa de ahí pues, en cualquier caso, no se trata de una práctica contemplada en el Derecho marítimo. Y hasta ahí, con especial énfasis en lo del derecho marítimo, parece que han leído nuestros gestores sanitarios, en su habitual costumbre de citar lo que les parece y como les parece, incluyendo este documento, que seguramente obviarán leer.
Pero al menos en el caso de los niños sí que se encuentra recogida en nuestra principal norma. La Constitución Española, en su artículo 39.4 establece que: “Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos”. Consecuente con este mandato constitucional, el 30 de Noviembre de 1990 España ratifica la Convención de Derechos del Niño de 1989.
En los primeros años de democracia, se emprenden reformas legales en las que se mejoran diversos aspectos de los derechos del niño, pero no fue hasta principios de los años 90, en los que diversas instituciones públicas y privadas (las dos Cámaras Parlamentarias, el Defensor del Pueblo, el Fiscal General del Estado y diversas asociaciones relacionadas con los menores), trasladan al Gobierno la necesidad de adecuar el ordenamiento a la realidad de nuestra sociedad actual. Esta necesidad era compartida por otras instancias internacionales, como el Parlamento Europeo que, a través de la Resolución A 3-0172/92, aprobó la Carta Europea de los Derechos del Niño. El resultado de todo ello, es la Ley Orgánica (LO) 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil. En ella se consolida el principio del “interés superior del menor” en su artículo 2.1, que se sitúa por encima de cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir. Es decir, para los cortos de entendederas y dados a lecturas superficiales: ¡¡¡LOS NIÑOS PRIMERO!!! y los demás ya se verá.
20 años después de su aprobación, se lleva a cabo una profunda reforma, cuyo resultado es la LO 8/2015, y la Ley 26/2015, en aras del cumplimiento efectivo del art. 39 CE y los instrumentos internacionales ratificados por España y siguiendo las recomendaciones de la Observación general Nº 14 (2013) del Comité de los Derechos del Niño (Naciones Unidas) sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial, y específicamente las realizadas a España, cosa que al parecer, tenemos tendencia a olvidar, o quizá a “ignorar activamente”.

Así pues, en esta reforma, se concreta el concepto jurídico indeterminado “bien superior del menor”, señalando entre los criterios que deben ser ponderados la satisfacción de las necesidades básicas del menor.
Además de lo expuesto, por si pudiese quedarles alguna duda, en la jurisprudencia de la Sala Primera del Tribunal Supremo, el “interés superior el menor” se constituye como el marco fundamental para decidir en todos aquellos casos en que estén en juego ante los tribunales, situaciones que afecten a menores, a sus derechos o incluso a su situación, otorgándoles un plus de protección, con carácter de orden público y prevalente ante cualquier otro interés o derecho, incluso fundamental, que pudiera entrar en conflicto con el interés del menor, (incluso el de los psicólogos clínicos -yo se de que hablo y tenía una pelillo en la lengua que tenía que escupir-), decidiendo siempre a tenor de las circunstancias del caso concreto.
¿Y para que toda esta introducción? Pues para dejar claro que lo que desde la Plataforma ¡BASTA YA! pedimos, no es un capricho pasajero ni una ocurrencia de unos pediatras locos, sino el cumplimiento efectivo de los mandatos impuestos en la legislación nacional e internacional.
¿DE QUE SERVICIOS DE ENFERMERÍA DISPONEN LOS NIÑOS EN LA ACTUALIDAD?
En primer lugar queremos dejar claro que no queremos dudar de la profesionalidad de nadie, aunque sí de sus conocimientos legales, que preferimos pensar, no son producto de la “ignorancia activa”.
Hasta ahora, los cuidados de enfermería a los niños en nuestra comunidad autónoma, harían sonrojar y sentir vergüenza ajena a… todo el que tenga un mínimo de vergüenza.
1.- Son los únicos usuarios del SSPA que no tienen asignada una enfermera. Su atención se basa por tanto, en criterios que dependen de buenas o malas voluntades de directores de distrito, de directores de unidad, de coordinadores de cuidados y de profesionales de enfermería. Todos, sin excepción deberían leer con atención la introducción de este texto.
Prueba de esto es que nadie puede entrar en la APP Salud Responde y solicitar cita para un menor de 14 años con su enfermera.
Como ya estaréis cansados de leer, os vamos a proponer un juego: “busca la diferencia”. En las dos siguientes pantallas puedes ver qué aparece cuando introduces los datos de un menor de 14 años y de un mayor de 14 años en la aplicación. Para darle emoción sólo dispones de 3 segundos, pero si eres coordinador de cuidados o director de UGC tienes 1 minuto. A los Directores de Cuidados de Distrito o AGS les daremos 60 minutos y a los altos cargos les pediremos la respuesta para la semana que viene porque hay que fijarse muy bien.


2.- Su atención por parte de enfermería siempre es considerada secundaria, al fin y al cabo, sólo obedecen los criterios de prioridad que se fijan en los objetivos de los contratos programa y desatender a la infancia tiene un coste muy bajo, por no decir ridículo. Así, con honrosas excepciones (tú no te ofendas que eres de los pocos profesionales de enfermería que lo hace bien -pero básicamente porque hacerlo bien es lo que te pide el cuerpo pero no tus superiores-), cuando se anda escaso de personal, en los picos de demanda, o simplemente con excusas tan peregrinas como “yo no tengo asignado ningún niño en mi cupo de BDU”, se pasa olímpicamente de PSIAA, PIOBIN, EpS en Asma, Demanda clínica para niños, vacunas, extracciones, curas… (quien le toque, le tocó, sardinita y boquerón), como si lo de la atención personalizada no fuese importante. Estas cosas son especialmente sangrantes con enfermos crónicos o con niños de características especiales como los TEA que acuden sin saber quién los va a atender.
Como sabemos que os ha gustado el juego anterior, os proponemos otro:
Buscad el último contrato-programa vigente del SAS y en él, las siguientes cadenas de letras:
- “niñ”
- “infan”
Pues sí, estas palabras sólo aparecen para hablar de vacunas. Eso sí, todo no iba a ser perfecto. Sólo importan las vacunas hasta los dos años de edad. Después, se supone que saben hablar y ya tienen luces para procurar vacunarse ellos solitos (niño que no llora no se vacuna).
… Y eso es todo amigos. Esa es toda la preocupación del SSPA por la salud infantil y ese es el peso de su preocupación en el contrato programa.
¿POR QUE PEDIMOS UNA ENFERMERIA ESPECIALIZADA PARA LOS NIÑOS?
1.- Porque su único trabajo será atenderlos, independientemente de que aparezca en los contratos programa.
2.- Porque cuando haya sobrecarga asistencial o falten compañeros, su único trabajo será atender a los niños.
3.- Porque podrá desarrollarse todas las actividades QUE EN LA ACTUALIDAD NO SE HACEN EN LA MAYORIA DE CENTROS SANITARIOS, si no es por la buena voluntad de algunos profesionales, y eso si los dejan, que no siempre los dejan.
4.- Porque están especialmente capacitadas para realizar ese trabajo, mediante un sistema de residencia.
5.- Porque es un despilfarro insoportable de medios, el tener a los pediatras, profesionales que escasean, realizando trabajo de profesionales mejor cualificados en esos aspectos, cuyo coste es menor y abundan.
6.- Porque Andalucía es la única comunidad autónoma que no tiene enfermería pediátrica en atención primaria.
7.- Porque en Andalucía hay más de 300.000 niños (si, han leído bien) que no tienen pediatra y sería muy importante que al menos tuviesen una enfermería pediátrica de calidad.
8.- Porque en Andalucía hay ya unas decenas de miles de niños que ni siquiera tienen un médico de familia en funciones de pediatra porque las plazas se están quedando desiertas (porque los médicos de familia, como los pediatras antes, han encontrado trabajo más agradable y mejor pagado en otros sitios).
¿PERO QUÉ PODEMOS HACER?
Ciertamente, desde la plataforma BASTA YA, podemos denunciar esta situación y la seguiremos denunciando.
Pero además de esto, quizá podemos mostrar el camino para protestar de forma más efectiva a padres, abuelos, tíos a los que tanto les duelen los menores de la familia. Es una protesta cómoda, para hacer desde casa. No, no es recoger firmas “anónimas” en Change.org Ni tampoco es quedar para hacer una manifestación de 10.000 personas que según las fuentes oficiales no superaron las 1000 (cifra ridícula si este problema preocupa de verdad a los más de 8.000.000 de andaluces que somos) Es un poquito más complejo. Es entregar una a una directamente vuestras firmas a la Junta de Andalucía, siguiendo los cauces establecidos:
https://www.juntadeandalucia.es/lsr/lsr/inicio.jsp
Tras validaros con certificado digital e identificar el organismo contra el que reclamáis (vuestro centro de salud), podéis introducir el siguiente texto de la reclamación:
“Mi (hijo, sobrino, nieto), no tiene asignada enfermera. No tiene acceso a través de la APP Salud Responde para coger cita. No se le realizan las visitas establecidas en el PSIAA ni individuales (https://si.easp.es/psiaa/actividades/actividades-individuales/) ni grupales (https://si.easp.es/psiaa/actividades/actividades-grupales-y-comunitarias/), lo que falta de forma flagrante a los principios de equidad y universalidad que se suponen rigen el SSPA. Solicito se le asigne de forma inmediata una enfermera con la formación adecuada, como al resto de ciudadanos andaluces, a fin de poder contar con los cuidados de calidad que merece y le están garantizados por la legislación vigente”.
Quién sabe si antes de enfrentarse a más de un millón de reclamaciones se pensarían lo de asignar a los niños una enfermera.
Pero no es esto lo único que se puede hacer. Hay otro canal también muy útil y abierto a la ciudadanía para que expresen su malestar. Sí, el defensor del pueblo andaluz. El abogado de los débiles ante los fuertes. Poner una queja es más fácil que poner una reclamación y no son incompatibles, sino complementarias. Lo ideal sería poner una reclamación y tras la habitual respuesta evasiva, poner la queja ante el defensor del pueblo, adjuntando la respuesta a la reclamación y reafirmándose en que vuestro hijo sigue sin tener enfermera asignada.
El sitio para hacerlo es este:
https://www.defensordelpuebloandaluz.es/informacion/queja/sin_firma)
El defensor del pueblo solicitará informes de la situación, agitará conciencias políticas y posiblemente consiga más que esa manifestación en la puerta del hospital.
En fin, que yo os puedo enseñar el camino y calzaros las botas, pero los pasos los deben dar padres, madres, abuelos, abuelas, tíos, tías y todo aquel al que le preocupe la situación actual de desatención especializada que sufren los niños y niñas en nuestra comunidad autónoma.
Porqué queremos directores médicos en los centros de salud
Hace unos días Florentino Pérez, presidente del Consejo General de Enfermería, ha solicitado al nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa, que cambie la legislación vigente para que los enfermeros puedan dirigir los centros de salud. Alega que es una profesión que precisa Grado universitario y que tienen especialidades postgrado, igual que los médicos.
Olvida este señor que las competencias de médico y enfermera son distintas, que los conocimientos son en su mayoría distintos y que los médicos requieren de más, de mayor dificultad y de más tiempo para conseguirlos. El grado de enfermería más la especialidad son 6 años, y apenas hay especialistas en Enfermería de Familia, esa especialidad es de relativamente reciente creación y no es requisito indispensable para trabajar en atención primaria, por ahora. El grado de Medicina más la especialidad en Medicina de Familia o en Pediatría son 10 años, siendo la especialidad imprescindible desde 1995.
Concretemos como funciona un centro de salud en Andalucía:
- Hay una unidad llamada Servicio de Atención al Usuario, dispone de un jefe de Grupo Administrativo, administrativo o auxiliar administrativo, que dirige y organiza a auxiliares administrativos y celadores en sus labores de atención e información a la ciudadanía.
- Un Coordinador de Cuidados de Enfermería, que dirige y organiza al personal de enfermería y a los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, que siempre es un enfermero.
- Un director de la Unidad de Gestión Clínica, que organiza todo el centro y a todos los profesionales. Los médicos no disponen de un coordinador específico como el resto de profesionales, esa función la hace de forma directa el director de la unidad.
- Personal diverso como matronas, fisioterapeutas, trabajadores sociales… que pertenecen al Dispositivo de Apoyo del Distrito sanitario y prestan servicios en los centros de salud.
Hace ya muchos años que en Andalucía empezó a haber carestía de médicos que quisieran ser directores de los centros. Las razones pueden resumirse en la escasa retribución respecto a otro médico para la carga de trabajo y la responsabilidad que soportan; a lo que se añade la falta crónica de plantilla en los centros sumada a la demora cero para la atención a la ciudadanía; y la imposición de objetivos poco razonables que suponían poder llegar a convertirse en jefes explotadores de sus compañeros para mantenerse en el cargo.
Muchos médicos abandonaron y no había recambio.
Para los enfermeros supone una mucha mayor diferencia retributiva y de nivel profesional entre su puesto base y el de director del centro de salud.
Si bien es cierto que los conocimientos genéricos necesarios para la gestión pudieran ser similares en diferentes cargos, en la práctica los conocimientos específicos no lo son. No negamos que hay enfermeros con capacidad de liderazgo, organización, planificación, habilidades interpersonales y todo lo necesario para dirigir bien a un equipo de personas… pero las características del trabajo y las competencias de médicos y enfermeros son diferentes.
Con la incorporación de los enfermeros a estos cargos se da la incongruencia de que hay centros de salud que tienen 2 directivos enfermeros que dirigen a los profesionales propios y a los profesionales que tienen competencias diferentes y más complejas, y necesidades organizativas también diferentes. Que alguno puede hacerlo bien, no lo dudamos. Como tampoco que los médicos podamos ejercer de Coordinador de Cuidados de Enfermería con éxito. Deberíamos planteárnoslo y quizás optar a esos cargos.
Pero… la igualdad entre la capacidad de liderazgo de las personas no significa igualdad profesional, ni tampoco capacidad para poder evaluar y comprender plenamente a profesionales con competencias y responsabilidades más complejas. Así lo están afirmando de forma reiterada y machacona todos los jueces que han invalidado mediante sentencias todos los nombramientos de enfermeros directores de los centros de salud en Andalucía y en otras comunidades donde se da también esta situación.
¿Se imaginan el servicio de cardiología de un hospital dirigido por un enfermero? ¿Y por qué no si hay enfermeros dirigiendo a los médicos de familia y pediatras en atención primaria? Total, es un cargo de gestión y trabaja en el mismo hospital o servicio ¿O que el supervisor de enfermería de una planta hospitalaria fuera un médico? ¿O la junta facultativa* de un hospital dirigida por un enfermero?
Sí a la igualdad entre las personas, al respeto, la colaboración, el trabajo en equipo multidisciplinar pero… Cada uno en su arte.
Esperamos que el anunciado nuevo decreto de cargos intermedios andaluz tenga en cuenta las competencias profesionales para dirigir a cada profesión, si no los médicos de la atención primaria seguiremos discriminados y no estaremos representados adecuadamente. Entenderemos que los que nos gobiernan no valoran de forma congruente nuestra formación, conocimientos, competencias y necesidades. Luego no nos pidan colaboración.
* Ya que hablamos de ello, no entendemos por qué en Atención Primaria no tenemos Juntas Facultativas que asesoren a la gerencia de distritos y áreas de salud como en los hospitales, constituidas por médicos electos de forma democrática entre todos los profesionales médicos.
En la Atención Primaria también queremos participar y opinar en la gestión sanitaria.
