Manifiesto concentración Centro Salud Las Lagunas (Mijas Costa)

Desde el pasado 20 de ENERO los Médicos y Médicas de Atención Primaria de toda ANDALUCIA estamos en HUELGA en defensa de:

  • Nuestro derecho a EJERCER LA PROFESION DE MANERA DIGNA y
  • El derecho de nuestros pacientes a tener una SANIDAD PUBLICA DE CALIDAD.

Estamos en HUELGA y seguiremos en HUELGA hasta que la administración del SERVICIO ANDALUZ DE SALUD decida escucharnos y garantizar una solución a nuestras reivindicaciones.

Nos manifestamos hoy aquí para DENUNCIAR PUBLICAMENTE cuál es la situación que atraviesa la ATENCION PRIMARIA y la de los Médicos de Familia y Pediatras que trabajan en los centros de salud y urgencias de atención primaria.

Vamos a señalar SEIS PUNTOS que constituyen lo esencial de nuestras reivindicaciones

Esperamos que el SERVICIO ANDALUZ DE SALUD, EL GOBIERNO DE LA JUNTA DE ANDAUCÍA, Y TODOS AQUELLOS CON RESPONSABILIDAD POLÍTICA tomen debida nota de lo que está sucediendo. Porque nuestros problemas son sus problemas, son problemas de toda la ciudadanía.

Pero antes de seguir, deciros, que los que aquí hoy nos manifestamos no estamos solos.

Lo hacemos con el apoyo y en representación de un gran número de profesionales que ahora mismo están cumpliendo el deber de cubrir los Servicios Mínimos que garantizan el derecho del paciente a recibir asistencia sanitaria.

Lo hacemos también con el apoyo solidario de los pacientes, de asociaciones vecinales y pensionistas, y de otras organizaciones de la sociedad civil, a los que no queremos dejar de agradecer, y a las que pedimos que sigáis apoyándonos, y que sigáis participando en defensa de la SANIDAD PUBLICA.

SEIS PUNTOS BÁSICOS QUE CONSTITUYEN NUESTRAS REINVINDICACIONES

1. EL TIEMPO DE LA VISITA MÉDICA ES INSUFICIENTE.

El tiempo que se nos asigna en nuestras agendas para ver a cada paciente es de entre 8 y 10 minutos. Esto es claramente INSUFICIENTE.

Un médico necesita tiempo para escuchar al paciente, preguntar, comprender su dolencia, para explorar, pensar e integrar todo, explicar el diagnóstico y el plan a seguir.

Un paciente, o el adulto que cuida de un niño, necesitan tiempo para poder expresarse y aclarar sus dudas.

¿Puede alguno pensar que es posible valorar un paciente anciano que le aqueja un dolor de rodilla en tan sólo de 10 minutos? El sólo hecho de que se desvista y se tumbe en la camilla lleva ya una buena parte de ese tiempo.

Pregunta para nuestros gobernantes y políticos:

  • ¿Estaríais satisfechos si dedicáramos sólo 10 min a vuestros padres por un problema similar?
  • ¿Y qué tal en 8 minutos?, como tienen las agendas algunos compañeros en Andalucía.
  • ¿O por teléfono o vídeoconferencia y en 4-6 minutos?

Por tanto: necesitamos más tiempo para cada visita

2. LA CARGA DE TRABAJO ASISTENCIAL EN NUESTRA AGENDA DIARIA ES EXCESIVA

El número de pacientes que vemos a diario es muy elevado. Nuestro trabajo conlleva un esfuerzo mental muy intenso. Terminamos la jornada extenuados. Conforme avanza la jornada el riesgo de cometer errores aumenta y la calidad asistencial se reduce.

Esa carga asistencial diaria nos impide tener tiempo para otras tareas igualmente importantes:

  • Los médicos también hacemos visitas domiciliarias, consultamos con el especialista del hospital, coordinamos el trabajo asistencial con otros profesionales del centro de salud.
  • Llevamos adelante programas específicos como el de citología en la mujer, el seguimiento de niño sano o de la embarazada. También hacemos infiltraciones, ecografías y procedimientos de cirugía menor. Ayudamos a los pacientes a dejar de fumar en los programas de cesación tabáquica. Acompañamos, tratamos  y cuidamos al final de la vida y en los momentos en que enfermamos psicológica y emocionalmente. Todo eso hacemos los médicos de los centros de salud y mucho más.
  • La docencia y la formación de residentes, nuestra propia formación y actualización de conocimientos, son tareas igualmente importantes. Hoy no tenemos tiempo específico para ello.  
  • La actividad comunitaria, esa que mejoraría el nivel de salud de toda nuestra población, ha quedado en un mero apellido de nuestro título de especialista.

Necesitamos por tanto reducir el número de citas para poder dedicar tiempo a esas otras tareas propias de nuestro quehacer médico.

3. LA CARGA DE TRABAJO BUROCRÁTICO Y DE TRABAJO NO ESPECÍFICO SOBRA

No es posible que la agenda del médico admita de todo, desde solicitar una cita para el dentista, para una vacuna, o para preguntar para cuándo se tiene cita para una prueba diagnóstica. Es necesario rediseñar el sistema para orientar la demanda de forma más eficiente para que al médico llegue solo aquello a lo que podemos aportar valor, es decir, cuestiones y decisiones estrictamente médicas.

Los médicos de familia no somos secretarios del especialista de hospital. Ni estamos para hacer recetas, visados, o para resolver la burocracia que se genera en otro nivel asistencial. Necesitamos una mejor gestión de la Asistencia Hospitalaria.

Los médicos tampoco somos peritos para acreditar una diarrea o un catarro para las empresas o las instituciones educativas. Existen procesos de enfermedad leves y autolimitados que requieren sólo de un corto período de reposo domiciliario, y que no precisan una valoración por parte del médico. No es razonable que se tenga que acudir al médico o a los servicios de urgencias a solo efectos de conseguir un mero justificante. Necesitamos de una firme voluntad política para llevar a cabo un cambio que respalde legalmente la autojustificación de los trabajadores y los escolares para este tipo de ausencias.

4. DEMORA PARA OBTENER UNA CITA MÉDICA

No es razonable que un paciente tenga que esperar hasta dos semanas para ver al médico de familia. Es bien sabido que esta situación lleva al paciente a consultar a las urgencias cuando no debería ser así. A la urgencia debe acudir lo urgente porque de otra manera se puede llegar a desatender lo realmente urgente.

¿Y por qué ocurre esto?

Porque el número de pacientes que tienen a cargo los médicos de atención primaria en ANDALUCIA es excesivo. Ese número no debería superar los 1200 pacientes, 1000 en caso de los pediatras. Ese número puede llegar a 1800, e incluso a 2300 en algunos distritos como el de la Costa del Sol. Necesitamos por tanto que se redimensionen las plantillas médicas adecuándolas al número de habitantes y a sus características.

5. SITUACION DE LOS SUAP (SERVICIOS DE URGENCIA EN ATENCION PRIMARIA)

Las Lagunas es un claro ejemplo de la precariedad de los SUAP.

Es el único punto de Urgencias de 24 horas de la Costa del Sol que da cobertura a dos poblaciones: MIJAS y FUENGIROLA.

El número de médicos en horario nocturno es de 3. Éste es el mismo número que había hace más de 10 años a pesar del incremento de población que ha habido en estos municipios.

Esos 3 médicos que trabajan por la noche son los mismos que tienen que turnarse para salir en la ambulancia a asistir a un ACCIDENTADO, un INFARTO o un ICTUS, y que luego de trasladar al paciente al HOSPITAL más cercano, que queda a unos 25 km, vuelven, si es que no tienen más asistencias urgentes, y tienen que seguir atendiendo a destajo, sin pausa ni un razonable descanso físico y mental, a los usuarios que han tenido que esperar a su regreso.

Esta precaria situación ya se vuelve catastrófica durante los veranos. La población puede triplicarse pero no hay refuerzo alguno. Los recursos médicos por la noche siguen siendo 3, para todo lo que surja.

La situación de este último verano ha sido inédita. La renuncia de profesionales a sus contratos al ver las pésimas condiciones que debían soportar, sumado a las bajas médicas de otros profesionales, ha llevado a que noche tras noche hubiera sólo dos médicos en lugar de 3. Y todo ello a pesar del esfuerzo y el desgaste de los compañeros que han tenido que doblar turnos, renunciar a sus merecidos descansos, a fin de colaborar con el sistema como se nos suplica muchas veces, en aras de que las urgencias no quedaran descubiertas.

Esto no debe volver a suceder. Por eso hacemos un llamamiento no sólo al SAS, sino también a los AYUNTAMIENTOS de MIJAS y de FUENGIROLA, para acabar con esta situación.

¡AYUNTAMIENTOS! No tenéis responsabilidad directa en la gestión de la sanidad. Pero sí la de velar por la salud de los habitantes de vuestros municipios. Esperamos de vosotros que os comprometáis para que este verano sea diferente.

6. LA FALTA DE MÉDICOS

Sobre la falta de médicos se dicen dos cosas:

  1. Que faltan médicos, que existe voluntad para contratar, pero es que no los encuentran
  • Y se dice que este problema de falta de médicos tardará varios años en resolverse

Pero… Cabe preguntarse: ¿es realmente así? ¿Faltan médicos?

Pues probablemente sí. Sabemos que las plantillas médicas están infradotadas y que muchos médicos de familia se jubilarán en los próximos 5 años.

Pero también sabemos otras cosas:

Los médicos recién egresados de las universidades escogen otras especialidades, no la medicina de familia. Los médicos de familia que terminan su especialidad, repiten MIR y hacen otra, se van a la medicina privada, a las urgencias hospitalarias, a otras comunidades autónomas, o a otros países. Los pediatras al hospital o al ejercicio privado. De nada sirve ampliar las facultades de medicina, ampliar el número de plazas de especialistas MIR, o más oposiciones en el SAS si los profesionales deciden luego marcharse.

Cabe hacerse más preguntas:

¿Por qué un médico de familia, incluso teniendo su plaza fija, decide hacer las maletas?

¿Por qué un médico de familia, una especialidad altamente vocacional, termina en una clínica de estética poniendo pinchacitos en la cara? ¿Era ésa su verdadera vocación?

¿Cómo es posible que se siga hablando de jornada complementaria y no de hora extra o se pague esa hora a un menor valor que la jornada ordinaria?

¿Cómo es posible que un médico de familia en Murcia gane mucho más que en Andalucía?

Todo esto cabe preguntarse

Las respuestas son muy simples.

Médicos hay. Lo que no hay es médicos dispuestos a trabajar y seguir trabajando en las actuales condiciones.

¿La solución?

Mejorar la remuneración y las condiciones laborales para que los médicos de familia y pediatras puedan desarrollar su vocación, la que les ha hecho elegir la especialidad para trabajar en la Atención Primaria.

La falta de médicos tiene solución. Pero solo se verá alguna vez si se actúa de manera urgente, ahora,  y no mañana.

PARA IR FINALIZANDO, RECORDAR A NUESTROS GOBERNANTES, POR SI SE LES HA OLVIDADO, QUE

  • Una ATENCION PRIMARIA FUERTE es capaz de resolver hasta el 80% de los problemas de salud de la población.
  • TENER un mismo médico de familia durante años reduce las hospitalizaciones, reduce las consultas a urgencias, reduce la mortalidad hasta un 30%, y hace más eficiente y sostenible el sistema sanitario.
  • Ningún medicamento o intervención sanitaria tienen tanto beneficio como una ATENCION PRIMARA FUERTE.

Y UN ÚLTIMO APUNTE FINAL

Es necesario invertir más y mejor en SANIDAD. Es necesario invertir más y mejor en ATENCION PRIMARIA.

Pero invertir no es sólo abrir hospitales y centros de salud. Invertir es mejorar las condiciones laborales de los profesionales, que es el mayor valor que tiene una empresa y el que hace eficaz y sostenible el sistema. Si no lo hacéis tendréis edificios nuevos y bonitos pero vacíos.

Pedimos a la administración que se anime a apostar por el cambio de rumbo, y transformar este modelo precario e ineficiente en uno basado en una ATENCION PRIMARIA RENOVADA Y FUERTE.

Por todo ello MÉDICOS Y MÉDICAS DE ATENCIÓN PRIMARIA estamos en HUELGA

Lo hacemos en defensa de:  

  • Nuestro derecho a EJERCER LA PROFESION DE FORMA SANA, PLENA Y CON DIGNIDAD
  • El derecho de nuestros pacientes a tener una SANIDAD PUBLICA DE CALIDAD.

La agenda médica de primaria no es un asunto baladí

El tiempo dedicado a cada paciente y actividad tampoco

¿35 o 20 citas?

En los últimos dos meses estamos asistiendo a la convocatoria de numerosas huelgas de médicos de Atención Primaria (AP) por muchas de las CCAA españolas. En su mayoría los sindicatos médicos tradicionales están desconvocando con acuerdos presupuestarios, de desburocratización, aumento de retribuciones, medidas organizativas… y limitación de las agendas médicas entre 30 (excepcional) y 37 pacientes para los médicos de familia (MF), y entre 25 y 28 para los pediatras (P). Los pacientes que rebosen esas agendas serían atendidos en jornadas extras de tarde pagadas aparte, entre 43€ y 80€ la hora dependiendo de la comunidad, en principio realizadas por voluntarios.

Vamos a analizar el caso concreto de Andalucía.

El Sindicato Médico Andaluz (SMA) ha desconvocado el paro previsto para el día 27 de enero con un acuerdo del que nadie conoce los términos exactos, si es que existe un documento escrito, ni siquiera sus afiliados. Un comunicado emitido por el Sindicato Médico de Málaga dice:

“Con este acuerdo se marca por primera vez un tope máximo de pacientes a atender, tanto para Medicina de Familia (35) como para Pediatría de Atención Primaria (25), en un número que permite dedicar una media de 10 minutos por paciente para los médicos de familia y 15 en el caso de Pediatría. Hay que recordar que estos máximos engloban tanto consultas clínicas, como telefónicas, administrativas, domiciliarias y programadas. Supone el fin de los bises y pacientes insertados indiscriminadamente a lo largo de la jornada, el fin de las agendas paralelas. Si un profesional tiene que atender una consulta de urgencias no demorable, no tendrá su agenda simultáneamente abierta, por lo que no se podrán solapar dos actividades.

También, se ha conseguido regular las continuidades asistenciales. …se ha conseguido una reducción de esta cifra quedando en 25 pacientes como máximo para poder disponer de una media de 10 minutos por paciente y su merecida pausa.

Pero antes hay que esperar a la ratificación del acuerdo en la mesa sectorial de Sanidad en este mes de febrero”.

La continuidad asistencial en Andalucía se abona en módulos de 5 horas a 43€/h (215€/tarde).

Vamos a desgranar las cosas irrenunciables que este acuerdo no soluciona.

1. 35 pacientes a una media de 10 minutos por cita son prácticamente 6 horas para una jornada de 7 horas, sin contar los debidos descansos (mínimo 20 minutos continuados por cada 6 horas por Ley, y un descanso por cada hora y media de actividad mental intensa continuada según las recomendaciones para la prevención de riesgos laborales de la OIT). Consultas programadas, programas de salud y domicilios entrarían en esos 35 pacientes. El resultado es que el tiempo por cita a demanda es menor a esos 10 minutos  porque a estos pacientes se les dedica 20, 30 ó hasta 60 minutos (para ir a un domicilio no tenemos vehículo disponible del SAS y hay centros con una dispersión y distancias enormes). Con ese número de pacientes numerosos días faltaría tiempo para atenderlos a todos en esas 7 horas, y ello dejaría 0 minutos para formación, docencia, investigación, actividades comunitarias, organizativas, de coordinación con el resto del equipo y con el hospital, realización de informes y las muchas actividades derivadas de la consulta. ¿Y qué pasa con el paciente número 36?.

2. 10 minutos por cita es un tiempo insuficiente para la mayoría de las consultas que nos hacen nuestros pacientes. Atender un proceso agudo respiratorio prácticamente ya consume ese tiempo, ya no digamos atender un mareo, un dolor sin traumatismo previo que lo justifique, una disnea (falta de aire), un problema de salud mental, o varios motivos de consulta (que suele ser lo más habitual).

3. Perpetúa la discriminación entre la atención a niños (P), y adolescentes/adultos y ancianos (MF). No podemos entender que los niños merezcan o necesiten más tiempo asistencial que los adolescentes, adultos y ancianos. Es cierto que a los más pequeños hay que desvestirlos, pero a muchos ancianos también y es más dificultoso. Es cierto que la mayoría de las consultas de los niños son clínicas, pero también una parte sustancial son procesos agudos infecciosos, mientras adultos y ancianos suelen consultar por varios procesos de enfermedad en cada cita en mayor número que los niños, procesos que suelen ser más complejos cuanta mayor es la edad. La atención integral y la conciliación de las enfermedades es más difícil cuanto mayor es la persona y más deteriorado está nuestro organismo.

Por otra parte, el número y variedad de programas de salud es mayor en los adultos (control de niño sano e intervención en obesidad frente a embarazo, planificación familiar, tabaco, obesidad, diabetes, riesgo cardiovascular, salud mental, intervención familiar, pluripatológicos, cuidados paliativos en mucho mayor número…); y, además, la atención domiciliaria, que precisa mucho más tiempo que una visita en el centro de salud.

Mejor no nombramos la discriminación con nuestros compañeros enfermeros, que ya hace mucho que tienen un mínimo de 10 minutos o más por cita a demanda, muchas menos citas (10-15) y amplios horarios protegidos para realizar la actividad domiciliaria.

4. Mantiene la constante depreciación y menosprecio de las especialidades médicas de la AP. A nadie se le escapa que para un oftalmólogo, que sólo tiene que explorar los ojos y no varios órganos, o para un cardiólogo no citan los pacientes cada 10 minutos. Nadie espera u ordena que sólo dispongan de ese tiempo para evaluar a un enfermo. ¿Por qué la atención a destajo y la burocracia de los antiguos ambulatorios sigue impregnando la atención médica en los centros de salud?

Después de casi 25 años de la especialidad de medicina de familia, con una formación similar a la de cualquier otro especialista hospitalario, con unos contenidos específicos y una variedad y complejidad enorme en nuestro trabajo, se nos sigue tratando como si fuéramos casi administrativos, con acceso a medios diagnósticos insuficiente y recortado, y se nos cita a los pacientes como si estuviéramos en una cadena de producción a destajo. En cuanto al pediatra de primaria, es considerado el médico de mocos y diarreas, ignorando la gran complejidad que tienen numerosas enfermedades y situaciones que sufren los niños.

Una parte significativa de la sociedad, también de entre los que gobiernan, están empecinados en  decirnos lo que nosotros, médicos de primaria, tenemos que hacer, cómo tenemos que hacerlo, nos usan de parapeto y secretarios del hospital, de administrativos e informadores del sistema sanitario y sus prestaciones, de recetadores, de policías de empresas y colegios para justificar ausencias irrelevantes desde el punto de vista sanitario, de telefonistas… Además de exigirnos, al tiempo, excelencia en el funcionamiento como médicos y en los resultados de salud. Es indigno e imposible.

Estamos hartos y frustrados por tanto y tan continuado menosprecio. Nos estamos quedando sin médicos especialistas en Medicina de Familia y Pediatría en la Atención Primaria porque huyen o se niegan a entrar en ella.

Numerosos médicos no estamos de acuerdo con los límites de agenda firmados.  En Andalucía, agrupados bajo el nuevo Sindicato de Médicas y Médicos de Atención Primaria, mantenemos una huelga indefinida que esperamos lleve a la Atención Primaria a ser lo que debe ser y a que sus médicos tengamos unas condiciones laborales dignas y suficientes para poder realizar nuestro trabajo con calidad y con desarrollo pleno de nuestro perfil profesional.

Nuestra reivindicación son 20 citas en consulta, y siguen siendo muchas si queremos garantizar tiempos suficientes para el resto de actividades asistenciales y no asistenciales. Ello debe ser el fruto de un dimensionamiento adecuado de las plantillas, que deben ser estables, medidas organizativas de ordenación de la demanda y del reparto de tareas, desburocratización y con garantías para actividades formativas, docentes e investigadoras.

Solicitar una agenda con un máximo de 20 citas es una medida de supervivencia. El objetivo final debe ser que cada Unidad de Atención (médico, enfermera y auxiliar administrativo, con apoyo de Trabajadora social, fisioterapeuta, TCAE  y psicólogos en un futuro) tenga un cupo de personas adjudicado para el cual disponga de formación, tiempo y recursos suficientes autogestionando su atención en colaboración con el resto del equipo de AP, con actuación comunitaria,  y coordinados adecuadamente con el hospital de su zona.

#HuelgaMedicoPrimariaAndalucía

Sindicato de Médicas y Médicos de Atención Primaria SMP

El profundo malestar de los médicos de la atención primaria andaluza

El actual gobierno andaluz llegó a la Junta de Andalucía con  bonitos discursos y promesas al respecto de la Atención Primaria de Salud. Al inicio pareció que iban por buen camino pero al poco tiempo se torció y a continuación vino la pandemia, con la que parece justificarse todo. La legislatura toca a su fin y los médicos no hemos visto cumplidas nuestras expectativas. Se ha proclamado que se ha hecho una gran reforma de la Atención primaria pero nosotros no tenemos esa percepción.

Las plantillas médicas siguen exiguas, muchas plazas de pediatría cubiertas con médicos de familia, plazas de médicos de familia cubiertas con médicos sin especialidad, muchas otras sin cubrir, y sin un plan que dé solución satisfactoria a este grave problema. No se ha realizado la equiparación salarial ni siquiera con los médicos hospitalarios. No se ha ampliado la cartera de pruebas diagnósticas acorde a nuestras competencias. No se ha potenciado la especialidad de medicina de familia en las universidades. La carga asistencial no sólo no se ha limitado si no que es tremenda e incrementada por la pandemia, sus consecuencias y la falta de refuerzos.  Aunque en algunos centros se aumentó el tiempo por cita a 10 minutos (sólo la presencial), tiempo en su mayoría insuficiente, estamos asistiendo a un nuevo retroceso en numerosos puntos de la geografía primando atender a todo el que lo requiera y por el motivo que sea al margen de la necesidad real. La participación de los profesionales y de la ciudadanía en la toma de decisiones sigue ausente… Podríamos seguir enumerando casi todos los problemas que teníamos y que aún perduran.

Seguimos con un sistema que prima la inmediatez sobre la accesibilidad, la cantidad sobre la calidad,  la sobreexplotación del profesional médico sobre el respeto a unas condiciones profesionales razonables y dignas, y centrado en la atención hospitalaria, que tampoco estará bien resuelta mientras la primaria no cumpla adecuadamente su función.

Por todo esto hemos dirigido una carta al Presidente de la Junta de Andalucía firmada por 236 médicos donde le comunicamos parte de la situación y nuestra decepción por la falta de avances significativos. También hemos hecho una consulta sobre si los médicos apoyaríamos manifestaciones y huelgas, habiéndose decantado el 70 y el 62%, respectivamente, a favor. Además numerosos compañeros han hecho propuestas sobre fundar un sindicato propio que defienda nuestra peculiar situación, sobre dejar de hacer todo aquello que no sea de nuestra competencia y dejar de paliar los déficits del sistema, actuaciones ambas que nos consumen mucho tiempo que se resta a lo realmente necesario, y que están ayudando a prorrogar la situación en vez de a solucionarla.

La pandemia era y es la oportunidad de replantearnos el sistema sanitario público. Es el momento inaplazable para solucionar los graves problemas que arrastra la Atención Primaria. Esperamos ser escuchados sin necesidad de iniciar movilizaciones relevantes donde expresar nuestro malestar.

Leer la carta dirigida al Presidente de la Junta de Andalucía en el enlace https://drive.google.com/file/d/1BNcStj9eIIMexyhKVkWSmSAmo6MWquns/view?usp=sharing

40 pacientes no es Atención Primaria

Últimamente la Atención Primaria está de moda. No sabemos si es que hemos conseguido convencer a la ciudadanía de su importancia ahora que nos han perdido, si por fin los sindicatos son conscientes del abandono de la lucha por sus trabajadores durante décadas, o simplemente se ha convertido en el arma perfecta partidista arrojadiza en las campañas electorales recientes y venideras.

Lo que sí sabemos los médicos y demás profesionales es que la Atención Primaria ha sufrido un abandono presupuestario, organizativo y reivindicativo por parte de casi todos los actores durante décadas.

Han pasado 42 años desde la Declaración de Alma Ata sobre la Atención Primaria (Kazajistán, 1978) que tuvo lugar durante una Conferencia Internacional promocionada por la Organización Mundial de la Salud y Unicef.  Fue suscrita por 134 países y 67 organizaciones internacionales. En ella se pretendía sentar las bases para la construcción de nuevos sistemas sanitarios que permitieran el ejercicio pleno del derecho a la salud y donde los países protegieran el acceso a esta de todos reduciéndose la brecha entre ricos y pobres, con la premisa de que la salud es lo más esencial para la prosperidad individual y para un desarrollo económico y social sostenible. Con el lema “Salud para todos en el año 2000” los países, entre ellos el nuestro, se lanzaron a diseñar y organizar una Atención Primaria en cada uno de sus sistemas sanitarios de forma que esta vertebrara y fuera la garante de esos principios de universalidad, sostenibilidad, equidad, no discriminación y participación ciudadana, y ello mediante equipos multidisciplinares.

España hace mucho que se desvió del camino, incluso ha retrocedido gravemente. La desfinanciación de la Atención Primaria, la descapitalización de profesionales médicos y centrar casi en exclusiva en la atención en el diagnóstico y la curación de la enfermedad ha sido la tónica de los últimos 20 años. La participación ciudadana no ha pasado de ser una entelequia.

Durante la pandemia ha seguido así e incluso ha ahondando más en ello. Aunque se ha invertido dinero, este ha ido dirigido al cumplimiento de los protocolos para el covid (rastreos, PCR, test de Antígenos, vacunaciones masivas, control de bajas laborales….) en detrimento del resto de las funciones primordiales de la Atención Primaria que son la prevención, atención y rehabilitación de las enfermedades más prevalentes y con mayor repercusión en la salud de las personas, así como la promoción de la salud. La mayoría de lo no covid y lo poco que había de otras actividades preventivas y rehabilitadoras, y las no asistenciales como la formación, la docencia, la investigación y las reuniones de los equipos para organizarnos prácticamente han desaparecido, por no hablar de las actuaciones con la comunidad y la merma brutal de la atención presencial, incluso de la valoración del paciente con covid.

Cuando más enferma estaba la población, cuando más falta hacía una Atención Primaria fuerte, más nos han asfixiado y han convertido nuestro trabajo casi en una caricatura de lo que debiera ser. Los médicos estábamos dispuestos a darlo todo en una situación excepcional y, con el tiempo, esto se ha convertido en un mal sucedáneo de la Atención Primaria, en “sálvese el que pueda”, donde los jóvenes abandonan la especialidad o emigran y los mayores se quieren jubilar cuanto antes. A ninguno nos gusta esto.

En el contexto actual hay dos premisas erróneas en la defensa que se está haciendo de la Atención Primaria en algún sector que si se mantienen ahondarán en los graves fallos cometidos hasta ahora. Una es la multidisciplinaridad: los médicos no somos los únicos profesionales sanitarios, nosotros no tenemos que solucionar todas las demandas de atención sanitaria, ni en primer lugar ni de forma inmediata salvo si es una urgencia médica. La segunda es la distribución del tiempo por tareas y en la atención a cada paciente: lo de atender hasta 40 pacientes a destajo en la jornada impidiendo la realización del resto de nuestras funciones era y es una barbaridad inaceptable, para nosotros y para los pacientes.

Eso no es la Atención Primaria. Defenderla es conocerla bien y luchar porque sea lo que debiera ser.

Otro 8 de marzo sin soluciones

Las mujeres ocupan el 70% del total de las personas en activo en las profesiones sanitarias en nuestro país. De entre ellas, la profesión médica era casi exclusivamente masculina hasta hace unas décadas, fue en los años 70 cuando empezó a aumentar el porcentaje de mujeres en las facultades de medicina españolas por la mitad norte del país donde el porcentaje sigue siendo mayor, pero este cambio inexorablemente se ha extendido al sur.

El porcentaje de médicas en activo respecto al total en 1996 era del 34%; en 2017 eran el 52% del total y el 63% de entre los menores de 55 años. En los cargos directivos de los servicios públicos de salud sólo eran el 20%, y algo parecido ocurre en los colegios profesionales y sindicatos. En las facultades de medicina en ese año las mujeres eran el 70%. (Demografía médica. Apuntes para la eficiencia del sistema sanitario OMC 2009 y Estudio Demografía médica 2017, OMC y CESM).

Este cambio es aún más notorio en el ejercicio de la Medicina en la Atención primaria dado que las mujeres por ahora prefieren más las especialidades médicas que las quirúrgicas. En el estudio de demografía médica del Consejo Andaluz de colegios médicos el 55% y el 56% de los médicos de familia y de los pediatras andaluces, respectivamente, son médicas, en su mayoría en edad reproductiva, y subiendo. Los años que se corresponden con la crianza de los hijos suponen para la mujer un freno profesional importante y una merma económica debido al menor tiempo disponible para formación, docencia e investigación, los cuales son méritos necesarios para el acceso a una plaza fija, el acceso o subida de nivel en la carrera profesional o a un cargo directivo; a esta pérdida se suman las excedencias y reducciones de jornada para el cuidado de hijos y de familiares mayores, las exenciones de guardia por embarazos o los intentos de evitarlas para poder conciliar.

En definitiva, la médica que decida tener hijos tendrá difícil ascender en la profesión y no tiene las mismas oportunidades económicas que sus compañeros varones, ni siquiera en edades más tardías porque llega con menos méritos, y esto también afecta a los años cotizados y a la cuantía percibida en la jubilación. La diferencia de salario puede ser de muchos miles de euros al año e impregna casi toda su carrera profesional y su vida. Por otra parte, la capacidad de decisión dentro del sistema sanitario se ve reducida a menos de un tercio de lo que debiera ser debido a la falta de mujeres en puestos de responsabilidad, lo que provoca que los necesarios cambios para asegurar la igual y la equidad de ambos sexos no se idean y se implementan; no olvidemos que quien más entiende lo que ocurre y más proactivo puede ser para cambiarlo es quien lo sufre.

La feminización también ha conllevado un cambio en el rol social del médico. De ser un profesional de los más respetados en el pasado, también en la atención primaria, ha pasado a ser vilipendiado y explotado. Se nos culpabiliza de gran parte de lo que ocurre en el sistema sanitario sin argumentos razonables. Parece que el rol médico se ha impregnado de los prejuicios de género que la sociedad vuelca sobre la mujer y las tareas de cuidados: la exigencia de que ese tipo de trabajo hay que hacerlo en su totalidad, hasta la extenuación si es necesario, anteponiendo las necesidades de aquellos a los que cuidamos a las propias; y ello haciéndonos además responsables de los fallos, incluso cuando se carece de los recursos necesarios para hacerlo bien.

Por si esta situación no fuera suficientemente injusta, y siempre metafóricamente hablando, la atención primaria podría representar a la mujer en el sistema sanitario público, con más trabajo, menos reconocido, peor remunerado, con menos recursos y en situación de subalterna; y el hospital se asemejaría al varón, con más prestigio, mejor pagado, con mayor capacidad de decisión sobre el propio trabajo e incluso ordenando desde la distancia el de los médicos y médicas de atención primaria (que le dé el informe su médico o médica de primaria, que le pida la analítica o prueba diagnóstica que yo necesito, que le derive a otra especialidad, que le vuelva a derivar para mi revisión…). Esto ya ocurría antes de la pandemia, pero con ella todo se ha incrementado exponencialmente.

La situación es insostenible y peor en la atención primaria donde las condiciones y salarios son aún peores. La fuga de médicas y médicos no para de crecer.

Las soluciones aportadas por  los gobernantes son las de una concepción patriarcal del trabajo donde lo más importante en la vida del individuo es el trabajo realizado fuera del hogar y el ganar más dinero. Actualmente consiste en ofrecer todavía más horas de trabajo a las médicas y médicos que quedan, situación que a la mayoría de las mujeres no interesa, y tampoco a los hombres implicados en los cuidados de su familia y que tienen otra concepción del trabajo. La otra solución aportada es importar médicos extracomunitarios que aceptan cualquier contrato y situación, así los gestores pueden mantener las cargas de trabajo excesivas y la explotación. La huida de profesionales no sólo no para, si no que se incrementa. Ni siquiera los médicos extranjeros se quedan porque la mayoría en cuanto homologan el título también huyen a los países del entorno donde nos tratan muchísimo mejor, en términos de conciliación e igualdad también.

Las soluciones son obvias: más recursos, subir salarios y mejores condiciones laborales, incluyendo ineludiblemente garantizar la igualdad real entre hombres y mujeres, económica, profesional y de cargos directivos, y  la conciliación de la vida laboral y familiar, para lo cual hay que aumentar las exiguas plantillas médicas con las que se cubre un servicio que hay que prestar las 24 horas del día y los 365 días del año. La sanidad privada está llena de médicas y médicos que con gusto trabajarían en la sanidad pública si fueran bien tratados.

La feminización de la profesión médica es un hecho inexorable. Es hora de que nuestros gobernantes decidan abandonar el trato patriarcal,  trasnochado y explotador que nos dan a los médicos y médicas, sobre todo a los de la atención primaria. O se acepta socialmente y se asumen los cambios y mejoras imprescindibles, o se quedan sin médicas, y sin médicos, y por tanto sin sanidad pública.

Manifestación 19 de febrero: no vamos

Los sindicatos CC OO y UGT han convocado este sábado 19 de febrero en todas las provincias andaluzas una manifestación “en defensa de la sanidad pública andaluza”.  Según un comunicado hecho público en los medios de comunicación, dicen tener el respaldo de 6 partidos políticos, de los que se identifican con lo que llaman “izquierdas,” y 11 organizaciones ciudadanas y profesionales entre las que citan a Basta Ya. Este comunicado tiene la finalidad de desmentir este último punto.

El pasado 12 de febrero tuvo lugar en el Parque de Huelin un “Encuentro Ciudadano en defensa de la sanidad pública” organizado por Unidas Podemos al que se nos invitó a algunas organizaciones ciudadanas y profesionales  para contar nuestra situación, lo cual agradecemos enormemente. Desde Basta Ya aceptamos porque hasta ahora nuestra máxima ha sido la de escuchar a todos y presentarnos ante todos sin reservas, una máxima que, dado que parece que algunas personas y/u organizaciones parecen estar  en una campaña electoral permanente con un estilo que no compartimos,  hemos decidido revisar para próximos eventos.

En dicho encuentro las organizaciones invitadas tuvimos la oportunidad de expresar nuestro posicionamiento respecto a la situación que vivimos en la Sanidad Pública. Nuestro discurso habitual es de análisis de la situación, planteamiento de nuestras reivindicaciones, agradecimiento de lo que creemos que ayuda, provocar el debate sobre lo que creemos que no,  propuesta de soluciones y sumar a todas las organizaciones y personas que quieran ayudar con honestidad. Ese día nos centramos en la necesidad de pactar y sumar para conseguir soluciones, porque urge.  Toda nuestra trayectoria como asociación está reflejada en nuestros blogs para quienes la quieran comprobar.

El representante de CCOO en el acto al que asistimos presentó la Manifestación, entre otros mensajes exclusivistas dijo que no iban a aceptar en ella a partidos de “derechas” que habían pedido manifestarse junto al resto de los partidos presentes.  Al terminar, desde nuestra organización ya advertimos que nuestra recomendación a nuestra Junta Directiva iba a ser no asistir a una manifestación convocada con estas premisas.

Esta situación nos ha recordado cuando CCOO y UGT participaron en una Plataforma malagueña por la defensa de la Sanidad Pública en los últimos tiempos del gobierno del PSOE en Andalucía y, junto a los sindicatos SATSE y CSIF, desconvocaron una manifestación organizada por dicha Plataforma, y firmaron que así sería con todas las actuaciones en curso sin contar con las organizaciones ciudadanas y profesionales que formábamos parte de ella,  entre las que nos encontrábamos Basta Ya. Eso fue motivo para que dichas organizaciones decidiéramos desvincularnos totalmente de aquella Plataforma que, oportunamente, desapareció.

Volviendo al momento actual, Basta Ya no ha participado en la decisión y organización de la manifestación convocada por CCOO y UGT para el día 19, no estamos de acuerdo con el planteamiento y el uso realizado de nuestra asociación, y no vamos a estar como asociación, aunque la finalidad teórica pudiera coincidir con nuestros fines.

Nuestros motivos son claros. Somos profesionales de la salud, estamos desesperados como profesionales y como usuarios de la Sanidad Pública, que también lo somos. Necesitamos el apoyo de todos los colectivos, instituciones, organizaciones, ciudadanos,… pero no vamos a ceder ni uno solo de nuestros legítimos objetivos para propósitos partidistas o electoralistas, gobierne quien gobierne. No lo hicimos antes, y no lo vamos a hacer ahora.

Los médicos integrantes de Basta Ya no entendemos el papel que juegan los Sindicatos que se están arrogando la defensa de la Sanidad Pública cuando la finalidad de estas organizaciones es la defensa de los trabajadores de la sanidad pública y también de la privada. Tampoco entendemos que haya partidos políticos que se apropian de la defensa de la misma, o de otros derechos y conceptos. En este caso el derecho a la atención sanitaria y a la salud es un derecho fundamental recogido en la Constitución Española y en el Estatuto de Andalucía que están refrendados por partidos políticos de todas las ideologías y por la ciudadanía. Es un derecho que TODOS podemos y debemos reivindicar.

Basta Ya es una organización médica, plural, apartidista, donde tienen cabida todos los médicos de Atención Primaria que quieran  defender unas condiciones de trabajo dignas, y luchar por la Atención Primaria y la Sanidad Pública, porque es nuestro lugar de ejercicio profesional, y lo es porque somos médicos de primaria que queremos llegar a todos, para ayudar a todas las personas.

Con estas premisas, irrenunciables para nosotros, vamos de la mano y estamos buscando a todas las personas, instituciones y organizaciones que las compartan, sin partidismos.

Andalucía, a 17 de febrero de 2022

Carta a los Reyes Magos 2022

Queridos Reyes Magos:

Los médicos de Basta Ya, y muchos otros, hemos reflexionado mucho sobre la difícil situación actual. Un virus insignificante en tamaño y en simpleza ha puesto en jaque la supervivencia de parte de la humanidad, la más enferma, la más pobre, la más vulnerable. Ya que ha aparecido y que ha sido irremediable, hay que aceptar que nos hacía falta para poner todo y a todos en su justo sitio. Nos ha recordado nuestro lugar en el planeta. Ha sido un baño de humildad.

Los médicos, y todos los que trabajan codo con codo con nosotros, estamos exhaustos, y esto no nos permite pensar con claridad. Sabemos que no podemos controlar todo esto. Es imposible. Estamos inmersos en una pandemia de dolor, soledad, mentiras, avaricia, violencia, enfermedad y muerte. Aun así, estamos de acuerdo en que la mayoría nos hemos equivocado en muchas cosas, la situación no ayuda a estar totalmente lúcidos, tampoco teníamos experiencia previa suficiente. No somos capaces de ver el final, aunque sepamos que está muy cerca, forma parte de las leyes de la Naturaleza. El exceso de trabajo, vivir entre tanto dolor ajeno y nuestro, los aspectos negativos y, sobre todo, la escasez de la ayuda que recibimos o que percibimos por parte de algunos nos ha conducido a muchos a estar al borde de la desesperanza.

Pero esta, aun existiendo, no es toda la verdad.

A lo largo de esta pandemia también hemos sentido la generosidad y el amor que guía a muchas personas: el agradecimiento infinito de unas, la curiosidad innata de los que investigan sobre lo que ocurre, la perseverancia para dar a conocer la verdad y el conocimiento de otras, la responsabilidad de la mayoría, el respeto hacia quienes estamos intentando ayudar alimentando, protegiendo, acompañando, enseñando, sanando o facilitando todo esto. En definitiva, el esfuerzo constante de muchos para sobrevivir y contribuir a la supervivencia de los demás como hermanos y hermanas si somos iguales en capacidad, como madres y padres si otros están en situación de vulnerabilidad, pero siempre, siempre desde el Amor.

Queridos Reyes Magos,

El año pasado y lo que va de este, los gobernantes nos han echado mucho Carbón. Necesitamos que entre todos nos cuidéis y facilitéis nuestro trabajo al máximo. La Vocación la pondremos nosotros.

Aquí tenemos  muchas Ganas de vivir, para eso necesitamos la Solidaridad de Todos, al menos de todos los buenos, sólo así tendremos más

Amor, Salud y Vida

Andalucía, enero de 2022

Solicitamos el cese del Gerente del Servicio Andaluz de Salud, es lo que toca

Publicamos aquí nuestra petición al Consejero de Salud y Familias. Los médicos de Basta Ya creemos firmemente en que la mejor opción para el sistema sanitario público y para toda Andalucía es reformar y reforzar la Atención Primaria porque ello sería la mejor medida para garantizar el acceso a la asistencia sanitaria a todos los andaluces con equidad, para el mejor control posible de la pandemia y, por tanto, la forma de asegurar que no se produzca o al menos minimizar una crisis económica brutal en nuestra comunidad debido a las restricciones que aún nos quedan por vivir debido a la pandemia y al cese de los fondos covid europeos, que acabarán.

Esperamos ser escuchados. Es indispensable ahora más que nunca que las personas que nos dirijan sean las mejores, conozcan muy bien su trabajo, lo hagan a conciencia sabiendo escuchar y recabando lo mejor de todos. Si es así, nos tendrán a su lado

A/A CONSEJERO DE SALUD Y FAMILIA, JUNTA DE ANDALUCÍA

Asunto: Solicitud de ceses diversos

Málaga, a 09 de noviembre de 2021

Reunidos en Asamblea ordinaria los médicos integrantes de la Asociación Basta Ya Málaga hemos decidido por unanimidad solicitar el cese de las siguientes personas de los cargos que ocupan y por los siguientes motivos:

  1. El Director Gerente del Servicio Andaluz de Salud D. Miguel Ángel Guzmán Ruiz por su escaso conocimiento y aprecio por la Atención Primaria y sus profesionales. Durante su mandato no ha cumplido ni una sola de las promesas realizadas por la Junta de Andalucía a nuestro colectivo e incluso ha tomado decisiones que han empeorado gravemente nuestra situación y la de la Atención primaria, baste recordar la decisión de no contratar rastreadores tras la primera oleada o de no reformar la primaria (ni  tras esa oleada, ni tras la segunda, la tercera, la cuarta…). Cuando ha decidido reformarla su proyecto contiene instrucciones que son  un claro desprecio al valor del trabajo del médico de primaria, a nuestras necesidades como profesionales y de los pacientes a los que atendemos, como el diseño de las agendas médicas (40 pacientes por jornada), la falta de equiparación salarial ni aún siquiera con los compañeros hospitalarios o el mantenimiento de la limitación del acceso a pruebas diagnósticas de nuestra competencia. Los médicos seguiremos huyendo de la atención primaria en un sangrado continuo y a chorro, como hasta ahora. Su desconocimiento de la situación de la enfermería de primaria es profundo, hay múltiples competencias aún sin desarrollar privando a la población de todo ese conocimiento y ayuda, sirva de ejemplo los niños enfermos sin enfermera adjudicada en los centros de salud pero se decide contratar enfermeras en los centros escolares donde están los niños sanos; o la pérdida de la referente enfermera por casi toda la población andaluza durante toda la pandemia y que continúa tras más de año y medio. Han convertido a los enfermeros de primaria en técnicos, un retroceso sin parangón en la historia de la atención primaria andaluza, y se ha roto el trabajo conjunto entre médicos y enfermeros, algo que es irrenunciable para nosotros e indispensable para la población.
  2. El Director General de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud, D. Diego Vargas Ortega, como responsable directo del diseño y planificación de la actividad asistencial en los centros sanitarios andaluces, y por tanto responsable directo de la mala gestión realizada hasta ahora de la Atención Primaria. A pesar de ser médico de familia no parece tener entre sus prioridades poner a la Atención Primaria en el lugar que le corresponde dentro del sistema sanitario público como así se ha demostrado en los casi 3 años en que lleva ostentando el cargo porque, si bien ha recogido algunas de las reivindicaciones de nuestro colectivo (promesas electorales) en las instrucciones de la dirección general que dirige, ninguna de ellas ha ido acompañada del presupuesto y la planificación que su puesta en marcha requerían, con lo cual estaban condenadas desde su inicio a un fracaso seguro.

Estas dos peticiones de cese son respaldadas por la totalidad de Basta Ya Andalucía. En cuanto a lo que se refiere a la provincia de Málaga,  solicitamos:

  • El Director Gerente del Distrito Sanitario Málaga Guadalhorce D. Enrique Javier Vargas López responsable directo de la situación de los profesionales y de la asistencia en gran parte de la provincia de Málaga. El descontento de los profesionales  por la falta de seguridad en numerosos centros debido a la falta de control en el acceso a los centros sanitarios y la consecuente ineficacia de los circuitos covid; las agendas médicas abusivas; la casi desaparición de la  longitudinalidad y continuidad de los cuidados de enfermería en nuestra zona; la precariedad de los contratos con un abuso permanente de la eventualidad y el cambio constante de los profesionales entre los distintos centros de Málaga impidiendo la necesaria adaptación, conocimiento y trabajo en equipo en la práctica totalidad de los centros; la falta de recambio en numerosos cargos intermedios y directores en los centros de salud, que era y es acuciante,  unido a la falta de nombramiento y reconocimiento de aquellos a los que se ha cambiado y que están intentando conducir a sus centros hacia un modelo de primaria coherente y honesto con los profesionales y los ciudadanos a los que atienden. Baste lo expuesto para reflejar el malestar de los profesionales de este distrito, sobre todo tras las expectativas generadas por el cambio de gobierno y las promesas realizadas a toda la población y a esta asociación en particular, germen y promotora  en Andalucía de la reforma de la Atención Primaria y con una amplia implantación en nuestra provincia.
  • El Director de Cuidados D. Antonio Jesús Vázquez Luque, enfermero, antes Subdirector asistencial médico de forma inexplicable, como responsable directo de toda la situación de la enfermería en el Distrito Sanitario Málaga Guadalhorce, donde la pérdida del referente enfermero por casi toda la población y la ruptura de la longitudinalidad y el trabajo en equipo ha alcanzado su máximo exponente.

Al mismo tiempo queremos agradecer el buen trabajo realizado por otras personas que han estado al frente de cargos de responsabilidad, como Dª Pilar Bartolomé en la Dirección General de Personal, la cual ha realizado un trabajo ingente y muy necesario para disminuir la precariedad de los profesionales con la resolución de múltiples opes, traslados y actualizaciones de Bolsas de trabajo. Su gestión no ha carecido en ocasiones de situaciones polémicas derivadas en gran parte de la tremenda situación caótica de la que partíamos y de la falta de presupuesto, pero hemos de reconocer que dentro de sus posibilidades ha reconocido y corregido los errores con rapidez y eficacia. Somos conscientes de que ha hecho una gran labor.

También queremos agradecer su trabajo a los distintos Directores Asistenciales del Distrito Sanitario Málaga. Los médicos somos conscientes de su enorme esfuerzo y mejor intención para solucionar los graves problemas del colectivo médico y mejorar la asistencia que prestamos a la población. Entendemos que por ahora las circunstancias no han sido las idóneas para que su trabajo diera el fruto esperado.

A usted, Sr Consejero, le agradecemos su trabajo y su talante en las duras circunstancias en las que le ha tocado dirigir la sanidad andaluza. Queremos transmitirle que mantenemos la confianza en su larga trayectoria de lucha por poner en su lugar a la Atención Primaria,  por mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios y mejorar la asistencia que ofrecemos a los andaluces y a los malagueños, por ello nos atrevemos a dirigirnos a usted en estos términos. Esperamos que entienda que lo hacemos con la mejor de las intenciones y que necesitamos su pronta ayuda.

Un cordial saludo

Carmen González Uceda

Presidenta de Basta Ya Andalucía

Presidenta de Basta Ya Málaga

Más luces que sombras en la Consulta de Acogida de Enfermería

La Consulta de Acogida de Enfermería (CAE) se está implantando en Andalucía de forma dispar y no exenta de polémica. Tiene adeptos y detractores. Desde Basta Ya queremos aportar nuestra opinión con intención constructiva para ayudar a centrar este candente debate e intentar arrojar algo de luz.

Según las instrucciones elaboradas por la Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados, se incorporan estas consultas a los centros de salud realizadas por enfermeras para la atención presencial de la demanda no demorable. Básicamente consiste en que toda solicitud de atención clínica no demorable  presencial sin cita que se plantee en la Unidad de Atención a la Ciudadanía (UAC) de los centros de salud es derivada a esta consulta. El documento dice textualmente: “el objetivo de esta consulta es

  1. La realización de una primera valoración de la situación del paciente
  2. Y la resolución y/o reorientación de la demanda de una manera colaborativa con el médico de referencia”.

En la primera valoración la enfermera delimita si es urgente o no; si debe atenderle un médico o no, si fuera preciso con qué premura y hacer que se le facilite una cita en consecuencia; o si es competencia de enfermería y en ese caso intentar resolverlo en el momento en que se consulta.

SOMBRAS

  1. Sobre los contenidos de las consultas: las no clínicas y las que no son no demorables

Los enfermeros ya empiezan a decir que se sienten los porteros de los centros. No les falta razón, los médicos les entendemos perfectamente porque antes lo éramos nosotros, en su mayoría lo seguimos siendo, y además corremos el riesgo de que esto sea así y además se perpetúe. Lo explicamos.

Lo primero es qué se entiende por “No demorable”. En la mayoría de los casos es lo que el paciente plantea como tal. El personal de la UAC debería indagar sobre si es administrativo o clínico, y si es pertinente la premura o no para dirigir al paciente al recurso apropiado. Pero en la CAE nos encontramos con demandas tales como:

– “Se me han acabado las recetas”, a pesar de que la farmacia avisa cuando se dispensa el último envase. Van al centro de salud a que se las recetemos en el último momento y a cualquier hora,  exigiendo que otros resuelvan su falta de previsión y autocuidados. Y no vamos a hablar de las peticiones de psicofármacos para trapichear con ellos, situaciones en las que al negarnos corremos peligro porque suelen hacerlas personas  delincuentes.

-“Ayer falté al trabajo por…” y vengo a que me den un justificante. Sin que ningún profesional le haya atendido y pueda dar fe de su malestar, enfermedad, o al menos de haber sido atendido. Numerosos motivos son autolimitados y/o entran dentro de los autocuidados (gastroenteritis, cefalea, dolor de la menstruación) y no precisan atención en el sistema sanitario, pero las empresas nos usan para facilitarles el control de su absentismo laboral. Es un disparate que se pida eso, que se permita y que llegue al médico o al enfermero. Es fácil de resolver mediante declaraciones responsables del trabajador, y en todo caso no forma parte de las funciones del sistema sanitario público certificar lo que no se ha podido comprobar.

-“Llevo 10 días con un dolor en …” “ ¿Y por qué viene hoy, está peor?” “ Porque no he conseguido cita pronto con mi médico”.

Podríamos seguir exponiendo ejemplos sin fin. Se preguntarán por qué nos llegan estas demandas. Pues porque nunca se han dado instrucciones claras sobre ello, al contrario, se alentaba atender a todo el que lo pidiera (demora cero), o, aunque se hayan dado en algún sitio, así se evita el conflicto que supondría decirle al paciente que no se le va a atender al tiempo que el conflicto se  traslada al médico, ahora al enfermero, y si éste ahora no lo frena, otra vez al médico.

La solución a todo esto es acotar claramente qué es una demanda clínica que requiera valoración inmediata por un profesional sanitario y qué no. Dar las instrucciones pertinentes a las UAC para que las cumplan y difundir ampliamente entre la ciudadanía qué es y para qué debe usarse este servicio.

2. El peligro de la inmediatez

De las instrucciones se desprende que si el problema puede ser resuelto por enfermería, se resuelve en ese momento, independientemente de si es necesaria o no esa inmediatez. Esto puede derivar en que se convierta en una consulta sin freno para acceder a enfermería, y ya sabemos que una parte de la población hará un mal uso de ella, esa parte que es suficiente para causar un trastorno de sobrecarga e ineficiencia.

Solución: ajustar el tiempo de espera para la resolución a la necesidad, no a la comodidad del paciente, porque la comodidad de uno va en contra de la necesidad de otro y deriva en una sobrecarga peligrosa del profesional. Dar instrucciones de resolver sólo si fuera preciso y, si no lo es,  de citar en consulta de su enfermera con la premura que sea prudente.

3. La posible ruptura de la longitunalidad.

Una de las características que son causa irrefutable de los buenos resultados de la Atención Primaria es la longitunalidad, es decir, que sean los mismos profesionales los que te atienden a lo largo del tiempo, lo cual mejora el conocimiento y el rendimiento en los diagnósticos y la aplicación de los tratamientos. Ello repercute en una disminución de la mortalidad de la población atendida.

Pues bien, en la gran mayoría de los centros la CAE se está organizando de forma dispensarizada, es decir, que todos o parte de los enfermeros rotan por ella y todos atienden a los pacientes de todos los cupos.

Solución: tener citas reservadas a diario, tanto médicos como enfermeros,   para asignar a sus pacientes que requieran atención en el día y que realmente sean indemorables, así sólo habría que atender en la CAE a aquellos que su profesional no está, se han acabado esas citas o requiere una auténtica atención urgente.

4. Sobre el posible intrusismo del enfermero en tareas médicas.

La primera parte de la actuación de la enfermera es una valoración del paciente. Si estima que lo puede resolver ella, debe proceder a ello. Hay miles de motivos que pueden causar la consulta y obviamente la intervención de la enfermera dependerá de sus conocimientos, pericia y sentido común. Hasta aquí todo es correcto.

Para mejorar la capacidad de resolución de las enfermeras,  el SAS ha confeccionado por ahora 18 protocolos para 18 situaciones de salud diferentes que sirven de guía. El problema es que algunos de esos protocolos incluyen tareas que difícilmente una enfermera puede hacer de forma autónoma como decidir sobre una palpación abdominal, o sobre si el paciente debe tomar antibióticos y pedirle telefónicamente al médico que los prescriba, que no es que dudemos de su criterio si no que el médico debe hacer bien su trabajo valorando al paciente personalmente cuando sean tareas en las que su competencia debe ser la finalista en ese problema.

Solución: Lo importante es que las enfermeras den este servicio para el cual tienen todas las competencias que enseña el Grado de Enfermería, que son muchas, y ya no digamos las enfermeras especialistas de Familia y las Pediátricas, que por cierto el SAS ni contrata según esos méritos, ni delimita esas plazas en función de esa especialización, y es muy necesaria.

Secundariamente habrá que revisar el contenido de alguno de los protocolos y mientras esos dejarlos en suspenso. Y si se quiere, hacer más, aunque no es necesario.

5. Sobre los motivos de derivación al médico

En varios de los protocolos hay dos motivos de derivación al médico. Uno es a criterio de la enfermera que ha hecho la valoración, algo que es totalmente lógico y razonable.

El otro es a petición del paciente. Entendemos que el supuesto es para ser atendido sin cita de forma inmediata, y este no nos parece tan lógico. Si un profesional cualificado ha valorado la gravedad y la necesidad o no de atención inmediata ese debe ser el criterio que prevalezca. Recordemos que no hay cortapisa alguna para ser atendido por el médico con cita, el paciente la coge de forma directa.

6. Sobre la falta de recursos para el trabajo médico

Hay descontento en ciertos centros porque la CAE no es lo eficaz que debiera y cuando eso ocurre se sobrecarga innecesariamente al médico. Mientras a enfermería se le ha dado tiempo protegido para hacer sólo esa actividad, los médicos seguimos en muchos centros teniendo que atender a los pacientes sin cita en el mismo horario que los ya citados.

Solución: citas médicas reservadas para absorber estas demandas y que los médicos que, al igual que enfermería, dediquen un tiempo exclusivo para esta actividad.

7. Hay una oposición manifiesta por una parte no desdeñable de enfermería a realizar esta actividad.

Las razones pueden ser múltiples: desde que piensan que es una sobrecarga, no están capacitadas para ello, resistencia al cambio, inseguridad, malas experiencias como las del punto 1, sentirse que son subalternas del médico, conseguir logros de índole sindical, reclamar más plantilla…

Esto está provocando que haya centros de salud en los que aún no se ha implantado, en otros donde se está haciendo sin implicación real de los protagonistas, en otros no se aclaran, y en otros hasta hay una especie de boicot de forma que todo lo que les llega o casi termina en la consulta del médico de forma inmediata y no porque sea necesario.

Solución: adecuar las plantillas donde sea necesario, dar información adecuada a todos los profesionales, facilitar el respaldo necesario a las enfermeras por parte de los compañeros médicos, facilitar la formación necesaria. En definitiva,  identificar las causas del rechazo en los centros donde se produzcan y darles una respuesta adecuada.

8. Sólo resuelve lo no demorable presencial.

Todos los días hay peticiones de atención telefónica sin cita que también distorsionan nuestro trabajo ya programado y que escapan de este circuito.

Solución: incluir también las demandas telefónicas sin cita que cumplan los criterios de no demorable.

9. La oferta de horario

En algunos centros se está instaurando sólo durante unas horas de entre todas las que permanece abierto el centro de salud (2 horas, sólo durante las mañanas). Eso provoca que los pacientes que llegan fuera de ese horario sigan resolviéndose interrumpiendo y dificultando la atención a los pacientes citados, en su mayoría terminan siendo los “bises” que tanto tememos los médicos, una sobrecarga sobre la que ya tenemos, y un desprecio constante a la complejidad de nuestro trabajo y a los previamente citados.

Solución: ofertar el servicio en todo el horario de apertura del centro.

10. La limitación de la edad de atención.

De forma sistemática, los protocolos diseñados excluyen de la resolución por parte de enfermería a los menores de 14 años. No hay ningún protocolo sobre problemas específicos pediátricos, pero no sólo eso, no hay ningún pediatra ni enfermera pediátrica entre los autores. Los niños, siguen los niños andaluces excluidos de la atención por enfermería. No se entiende esa exclusión, máxime cuando muchos de los procesos que pueden llegar son de menor gravedad o más autolimitados en la población infantil que en la adulta. Piensen en una contusión o un proceso infeccioso leve, una quemadura de primer o segundo grado o una irritación cutánea por el pañal, perfectamente pueden ser atendidos por una enfermera.

Solución: retirar la limitación de edad para la resolución por enfermería y que los motivos de exclusión dependan de la complejidad y gravedad de cada caso concreto. Incluir a pediatras y enfermeros pediátricos en los grupos de trabajo para esta estrategia y la confección de protocolos.

11. La forma de implantación.

En demasiados centros se está implantando sin la necesaria participación de los profesionales implicados en todo el proceso. Esto conduce inexorablemente a una falta de implicación de los mismos, a la aparición de situaciones de conflicto y desconfianza por desconocimiento, de descoordinación o falta del feedback necesario que ayude a corregir los errores de diseño o desarrollo que vayan apareciendo, y todo ello puede llevar a la insatisfacción de los que dan y de los que reciben el servicio.

Solución: asegurar la participación en el diseño, implantación y desarrollo de todos los profesionales implicados.

LUCES

  1. El avance en el desarrollo de las competencias de enfermería.

Hasta ahora la enfermería había desarrollado competencias en relación a la atención a pacientes crónicos y muy poco en procesos agudos, salvo aplicar técnicas como curas o vendajes. La capacitación de la enfermería de familia y de la pediátrica, al igual que la del médico de familia y el pediatra, es integral sobre el individuo, la familia y la comunidad. Ya vamos tarde para empezar a asignar tareas más diversas que permitan desarrollar todo el potencial y los conocimientos de estos profesionales para que la población se beneficie de ellos, las buenas enfermeras estén más orgullosas y satisfechas con su trabajo y el médico tenga tiempo para hacer las tareas que son exclusivas suyas.

¿Qué tal si cuando no hay cita para su médico se ofreciera una cita para su enfermera? Seguro que muchos problemas podría resolverlos de forma total y otros parcialmente, y priorizar aquellos en los que el médico debe intervenir para completar la atención.

Para ello hay que recuperar las enfermeras para el cupo de población asignada y acabar con la dispensarización de su trabajo de una vez y no perderlas nunca más.

2. El trabajo colaborativo administrativo-enfermera-médico.

La CAE es un buen ejemplo de la  coordinación y el trabajo en equipo multidisciplinar que debe imperar en los centros de salud para organizar el servicio de forma que se dé la mejor atención posible al ciudadano respetando los principios de adecuación a la competencia,  necesidad, eficacia y eficiencia. Bien hecho,  los profesionales estaremos más satisfechos con el trabajo que realizamos y todos ganamos.

3. Los médicos nos sentimos escuchados.

La CAE supone un avance en descargar a los médicos de tareas que no son nuestras y que hasta ahora habían recaído en nosotros por un mal diseño y  organización del trabajo en los centros de salud.

4. El tiempo por cita.

Las instrucciones recogen el diseño de la agenda con citas cada 15 minutos. Nos congratulamos de ese logro al tiempo que los médicos sentimos una sana envidia por ello y nos da esperanza de que nuestro trabajo sea algún día reconocido adecuadamente. Si enfermería necesita 15 minutos para evaluar un solo problema de salud agudo, qué no necesita el médico al que habitualmente se nos plantean varios motivos de consulta en cada cita y de mucha mayor complejidad.

La implantación de la CAE bien hecha puede ser el inicio de una nueva y mejor etapa en la Atención Primaria de Salud andaluza.

Andalucía, a 26 de octubre de 2021

Cómo hemos llegado a la situación actual de la Atención Primaria y las soluciones

RUEDA DE PRENSA MÁLAGA 13 DE OCTUBRE 2021

LOS MÉDICOS DE PRIMARIA NO PODEMOS MÁS

FOTOS DE LAS CONCENTRACIONES

Todos sabemos el déficit presupuestario que padece la Atención Primaria desde hace décadas. Hay un discurso muy bonito sobre lo que es o debiera ser la Atención Primaria de Salud. Y una realidad muy distinta plagada de una falta crónica de recursos y multitud de situaciones de abuso sobre los profesionales que trabajamos en ella, que sobre todo son ejercidas sobre los médicos; somos los  que llevamos la mayor carga de la responsabilidad, de la atención clínica y de la exigencia. Todo ello, a su vez, ocasiona unos daños en muchos casos irreparables en los que reciben el servicio, los ciudadanos, y en los que lo damos, los profesionales.

Hay una enorme responsabilidad política en esta situación.

En los que han gobernado antes, porque tuvieron la oportunidad de hacer la reforma de la Atención Primaria y la hicieron a medias, en los últimos años incluso retrocedimos. Y porque ahora se dedican a aumentar la crispación.

 En los que ahora gobiernan si no ponen con urgencia todo el esfuerzo posible y el dinero necesario para solucionar esta situación. No les negamos el mérito de organizar la atención a la pandemia cuando el sistema sanitario no estaba preparado para ello, ninguno lo estaba; pero algunas decisiones políticas y de gestión que han tomado hasta ahora y otras que no han tomado, han hecho bastante daño a la Atención Primaria y a los profesionales.

DE DÓNDE VENIMOS EN LA ATENCIÓN PRIMARIA:

Teníamos una Atención Primaria débil con escaso reconocimiento social, sin presupuesto suficiente, con déficit de plantillas, con déficits de infraestructuras, con un acceso a pruebas diagnósticas mínimo, con una organización del trabajo confusa donde el médico apenas tenía apoyo y estaba permanentemente sobrecargado, con una precariedad laboral enorme, bajos sueldos, mala coordinación entre niveles asistenciales…

  1. Los servicios de tecnología diagnóstica están ubicados en los hospitales, pertenecen funcional y presupuestariamente a ellos, y funcionan al servicio casi exclusivo de las especialidades médicas hospitalarias.  El poder en la Medicina lo da fundamentalmente la aplicación de un tratamiento que cure o palie los síntomas. Quienes no tenemos acceso al diagnóstico no tenemos poder ni prestigio aunque tengamos los conocimientos necesarios y suficientes para ello.
  2. Existe un importante desconocimiento social sobre las especialidades médicas de la Atención Primaria. Se nos sigue confundiendo con el médico general de antes, el que trabajaba en los ambulatorios tras acabar la universidad, donde se solía atender a los pacientes a destajo y con a veces poca ciencia, con mucha receta y mucha derivación al hospital , que es “donde saben ” y pueden diagnosticar.
  3. Otro “caramelo” para la ciudadanía fue la “Demora Cero” que consistía en que el médico te atendía en el día si así lo solicitabas, como en los antiguos ambulatorios. Daba igual si realmente era necesaria esa premura, si era una banalidad, si no era un problema médico o si era un problema generado por un mal funcionamiento proveniente del hospital. Era una “barra libre”: lo que quieras y cuando quieras que el médico de primaria te lo soluciona y lo aguanta todo. Además se premió su cumplimiento con dinero, sobre todo a los directivos.
  4. Había un déficit de plantillas médicas, muchos centros nacieron ya recortados, y no crecieron. La solución fue aumentar el número de citas y disminuir el tiempo de cada una. Así comenzó un abuso sobre el médico quien cada vez tenía más  trabajo. Nos  llenaron además de tareas que no eran nuestras y cada vez nos era más difícil hacerlo bien.
  5. Ignoraron que los médicos de familia y pediatras nos formamos y trabajamos como los especialistas hospitalarios, también hacemos un MIR de 4 años. Los especialistas en primaria tenemos un campo de conocimiento y de actuación propio enorme e importantísimo sobre el individuo, la familia y la comunidad;  a lo largo del tiempo, de forma integral y atendiendo a toda la población. Facilitamos que los más desfavorecidos y vulnerables tengan acceso a una buena atención sanitaria, y evitamos que los más pudientes caigan en la iatrogenia derivada de acceder de forma directa a superespecialistas y a un exceso de pruebas diagnósticas y hallazgos irrelevantes en una espiral sin fin saltando de una especialidad a otra.
  6. Se pretendía pasar de una atención centrada en el trabajo del médico a un equipo multidisciplinar con equipos de médico y enfermera que colaboraban para atender a una población determinada con apoyo de trabajadoras sociales, auxiliares de clínica y auxiliares administrativos fundamentalmente. Empezamos a hacer además atención comunitaria, formación, docencia e investigación. Se sustituían todas las ausencias.  Casi todo se perdió.
  7. Cambiaron el apoyo en la consulta por un ordenador como si éste pudiera hacer todas las funciones de una persona. Las auxiliares de clínica progresivamente pasaron a ser auxiliares de las enfermeras, su trabajo lo determinaban y organizaban las jefas de enfermería. Se les ha ido asignando tareas técnicas que antes hacían los enfermeros. A los médicos nos “auxilian” más bien poco.
  8. Redujeron los equipos administrativos y pasaron la citación de las consultas a Salud Responde, una centralita que funciona 24 horas, alejada de los centros y donde se desconoce cómo funcionan. Cambiaron conocimiento, operatividad del equipo y cercanía, por comodidad. No sabemos si fue rentable económicamente, pero sí que  supuso una pérdida de apoyo administrativo para los centros de salud.
  9. Los enfermeros pasaron de Asistente Técnico Sanitario (ATS) a Enfermeras y a un grado universitario con más competencias. En primaria, siguiendo el ejemplo médico,  se han creado las especialidades de Enfermería Familiar y Comunitaria y las de Enfermería Pediátrica. Sin embargo, las plazas de primaria siguen ofertándose a enfermeros que no la tienen e incluso que nunca han trabajado en ella privando a los pacientes de esa excelencia en el conocimiento. ¿Imaginan las plazas de matrona ocupadas por enfermeras sin esa especialidad?  Enfermería mantiene su trabajo limitado casi en exclusiva a la realización de técnicas, seguimiento de crónicos y atención domiciliaria.
  10. Cambiaron el mapa sanitario, convirtieron cada ciudad en una zona básica de salud, aunque tengan 25 centros de salud como Málaga y funcionalmente no tengan nada que ver unos con otros. La finalidad era la movilidad de los profesionales entre los centros, ya no sustituían las ausencias. Así crearon las plazas de Dispositivo de Apoyo, son para cubrir puntos de urgencias y ausencias de los otros titulares, de aquí para allá. La mayoría de los profesionales las rechazan. Es un contrato totalmente contrario a la finalidad del médico de familia que se basa en la continuidad en el tiempo de la atención integral a una población determinada.
  11. Faltaban otros tipos de recursos. Para desplazarnos a los domicilios o a consultorios de otros pueblos tenemos que usar nuestros vehículos, salvo en los puntos de urgencias que finalmente los dotaron de ambulancias, indumentaria y equipos para ello. ¿Imaginan a la policía o a los políticos teniendo que desplazarse con sus medios propios?
  12. No sólo los medios diagnósticos son menores y el ritmo de trabajo mayor que  en el hospital, también el salario del médico de primaria andaluz es inferior al que trabaja en hospitales, al que trabaja en la mayoría de las otras CCAA y ya no digamos en otros países del entorno (Portugal, Francia, Inglaterra…) donde el salario sí corresponde con el grado de formación (aquí el sueldo es el de un graduado)  y el trato y las condiciones de trabajo son mucho mejores. La estabilidad en el empleo es mayor en la sanidad privada. Por ello los médicos de primaria se marchan. Otros se cambian de especialidad.

SITUACIÓN ACTUAL

La pandemia ha sobrecargado enormemente la Atención Primaria, a todos los profesionales. El crecimiento de las plantillas médicas no sólo ha sido prácticamente nulo, al contrario que en otras categorías,  si no que hemos trabajado constantemente con las plantillas sin cubrir. Hay bajas por enfermedad sin sustituir, reducciones de jornada, y prácticamente todas las ausencias por vacaciones. Hemos tenido muchas bajas por covid con fallecimientos incluidos.

  1. Los médicos hemos asumido la identificación, diagnóstico y tratamiento de los enfermos sospechosos de padecer covid. El seguimiento de todos los enfermos con enfermedad moderada a severa que no han precisado ingreso y tras el alta, y la de aquellos con riesgo de enfermar de gravedad.
  2. Además hemos cargado con muchas tareas que no son de nuestra competencia. Desde buscar y fabricar medios de protección al inicio, los rastreos durante bastante tiempo, certificados para las mascarillas (muchas peticiones eran improcedentes), imprimir certificados de vacunación (afortunadamente rectificaron enseguida), enviar documentación a los pacientes, limpiar el material contaminado, ser nuestro propio filtro para acudir presencial una vez acabado el confinamiento, ser el profesional que atiende en primer lugar prácticamente a todos los pacientes que llegan sin cita (antes también, ahora empieza a ser enfermería), hacer el seguimiento de los crónicos y hasta dar citas.
  3. En numerosos centros no hemos tenido la suficiente colaboración de los enfermeros en la atención a los cupos asignados porque éstos han reducido algunas actividades al máximo, incluso la han dispensarizado (consultas y atención domiciliaria donde citan pacientes de todos los cupos mezclados y que atienden por turnos) habiendo perdido la población a su enfermera referente en todos esos centros. Enfermería se ha centrado sobre todo en las técnicas diagnósticas (PCR, test Antígenos, test de anticuerpos), la vacunación, sus tareas de atención domiciliaria, dar soporte a las residencias y a los colegios.
  4. Nuestras consultas han seguido masificadas. Antes era casi todo presencial, y durante la pandemia ha crecido lo telefónico hasta el punto de consumirnos gran parte de la jornada laboral e impedirnos hacer actividades con mayor valor. La consulta telefónica ha favorecido la accesibilidad de pacientes más jóvenes, más sanos y el uso indiscriminado de la misma. Multitud de pacientes han descubierto su accesibilidad y comodidad y lo usan para hacer multitud de consultas clínicas banales y otras que corresponden a otros profesionales o al hospital resolverlas.
  5. Para dar respuesta a todo esto numerosos médicos hemos prolongado nuestra jornada laboral altruistamente de forma casi permanente.
  6. Seguimos utilizando nuestros vehículos para los desplazamientos, y ahora también nuestros ordenadores cuando hemos teletrabajado y hasta nuestros móviles para la consulta telefónica o para hacer las fotos que se envían a teledermatología.
  7. En Distrito Málaga-Guadalhorce hay numerosos compañeros que están en plazas vacantes y que, en lugar de cubrirlas con interinos, les han hecho un contrato eventual hasta 31 de octubre. La indignación de todos estos compañeros es enorme. No se merecen este trato y menos aún quienes se han dejado hasta la salud en esta pandemia. Hemos perdido bastantes médicos por jubilaciones anticipadas debido a la terrible situación generada por la pandemia y no se extrañen si seguimos perdiendo aún más.
  8. La resolución de OPEs y traslados resueltas en la primavera no se ha completado del todo. Los titulares han llegado a las zonas básicas de salud pero aún no tienen adjudicado el centro de salud definitivo. Esa situación mantiene las plantillas inestables y precarias e interrumpe la continuidad de la atención.
  9. Estamos extenuados y sumamente disgustados, aún sin ello lo estaríamos, porque no hemos encontramos el reconocimiento que esperábamos, que no es otro que plantilla suficiente, contratos dignos, tiempo y medios para hacer bien nuestro trabajo. Los aplausos y las palabras de agradecimiento se agradecen, pero no alivian nuestra carga y nuestra frustración.

EL PLAN PARA LA VUELTA A LA “NORMALIDAD” Y REFORZAR LA ATENCIÓN PRIMARIA

Desconocemos el contenido del Plan más allá de lo publicado en los medios de comunicación pero lo que sí nos ha llegado son diversas instrucciones para confeccionar nuestras agendas que continúan manteniendo la masificación de nuestras consultas a costa de muchas citas con poco tiempo. Para los médicos esto es inasumible. Nos sitúa permanentemente en una situación extenuante en la que tenemos que decidir si realizamos nuestro trabajo a destajo con el inherente riesgo de errores que ello conlleva, si lo hacemos correctamente y quedan pacientes citados sin atender, o si prolongamos altruistamente nuestra jornada laboral. Es nuestro descanso y nuestra salud para facilitar la de otros la que está en juego, nuestra ética, nuestra tranquilidad porque no sabes si el que ha quedado sin atender lo necesita realmente, la conciliación y cuidado de nuestras familias…

Consideramos que hay una serie de MEDIDAS URGENTES a realizar que pondrían solución a muchos de los problemas planteados:

  1. Aumentar el presupuesto para la Atención Primaria.
  2. Dimensionar la plantilla médica es lo primero ya que nosotros hacemos el trabajo de otros pero nadie puede hacer el nuestro. El médico es un profesional clave.
  3. Para ello hay que conseguir que vuelvan parte de los médicos que se han ido y fidelizar a los que se van formando. Es imperioso aumentar las retribuciones y ofrecer contratos mucho más largos y ajustados a la normativa. Una eventualidad de 6 meses, y menos aún de Dispositivo de Apoyo, no atrae ni retiene a casi nadie cuando otras comunidades están ofreciendo un mínimo de 1 a 3 años.
  4. Las agendas deben adaptarse a la realidad y complejidad de nuestro trabajo. Es prácticamente imposible atender a un paciente en menos de 10 minutos, la mayoría necesitan más. Los problemas que la pandemia ha relegado  son muy numerosos, añadido a todo lo que ha generado y sigue generando la pandemia (problemas físicos, de origen psicosocial, covid, postcovid…). Ahora más que nunca necesitamos más tiempo.
  5. Implantar la continuidad asistencial en primaria. Las demoras en los hospitales se gestionan así desde 2006, ofreciendo trabajar horas extras voluntarias.
  6. El acceso a pruebas diagnósticas es un problema urgente de fácil solución. Ello reduciría las listas de espera hospitalarias y ayudaría a muchos pacientes que están pasándolo bastante mal.
  7. Implementar adecuadamente  las competencias de la enfermería de primaria, para ello necesitamos formar más y contratar a los enfermeros especialistas en Familia y Pediatría para la primaria. Por supuesto, todo andaluz debe tener una enfermera referente en su centro de salud, los niños también. Y ello debe ser prioritario antes que poner enfermeras en los colegios. Primero deben estar bien cubiertos de enfermeras los centros destinados a la salud  antes que los de educación, en estos las personas que acuden están sanas.
  8. Es imprescindible  que al médico de primaria  le llegue sólo lo que es del médico y tenga el apoyo necesario de otros profesionales con una asignación de las tareas por competencias.
  9. Modificar el Mapa sanitario y acabar con la indefinición de los puestos de trabajo.
  10. Hacer campañas de información a la población sobre el uso de adecuado del sistema sanitario público
  11. Participación ciudadana bien articulada y eficaz.
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