
Hoy muchos médicos de familia y pediatras de atención primaria (AP) nos manifestamos en Sevilla para llamar la atención sobre la situación actual que vivimos en este nivel asistencial y en la sanidad pública andaluza.
Si bien el actual gobierno ha dado pasos en aras de cumplir nuestro decálogo, como prometió, estamos notando demoras evitables en ello e incluso un retroceso.
En Atención primaria tenemos un problema de liderazgo muy importante, necesitamos que los gestores y directivos actuales sean personas que no sólo tengan un conocimiento sobre la AP, sino también que tengan ideas innovadoras para organizar y cambiar el funcionamiento de los equipos. El actual funcionamiento es una rémora y un inconveniente gravísimo para poder dar una mejor asistencia a la población. El SAS ha cambiado gerentes con un resultado desigual, unos han sido un acierto y otros están demostrando continuar con muchas de las irregularidades de antes. Este recambio no ha llegado a los centros de salud, donde permanecen en su mayoría los mismos directores, muchos de los cuales han sido los artífices de organizar el trabajo de una forma tóxica, no parecen saber hacerlo de otra manera, y además jamás han levantado la voz para ayudar a sus equipos. La participación de los profesionales en la organización de los centros sigue siendo prácticamente nula y la autonomía de gestión de nuestro trabajo también. La implantación de las agendas a 7 minutos está siendo un fracaso en muchos centros debido a esto.
Otro gran problema sigue siendo la plantilla. Si bien al inicio ha habido ampliaciones en algunos puntos y más contrataciones, ahora está habiendo problemas para mantener contratados a los que ya lo están, y ello en parte porque se está volviendo a contratar eventuales en plazas vacantes, donde correspondería un interino o un sustituto. Algunos están contratados otra vez para 1 mes y peligra su renovación. Además, están dejando de cubrir las jubilaciones y bajas de larga y corta duración, suponiendo esto una merma de la ya insuficiente plantilla. Trabajamos sobrecargados permanentemente en numerosos centros y consultorios, no queremos ni debemos asumir más trabajo, que por otra parte tampoco nos remuneran.
Hemos pasado el verano y continuamos asumiendo los pacientes de los compañeros ausentes, repartidos constantemente entre los presentes, incluso desplazándonos a otros pueblos sin nada a cambio, a pesar de existir una retribución destinada para ese fin.
Atraídos por las promesas de mejores contratos y condiciones, hay médicos que quieren volver a la AP pero ya no se les ofrecen contratos a pesar de haber plazas disponibles. Muchos médicos jóvenes habían aceptado contratos eventuales en AP. Ahora, debido a la precariedad y a lo mal que se les ha tratado en numerosos centros, refiriéndonos a la sobrecarga de trabajo, se están yendo, emigrando a otras comunidades y países donde les ofrecen mejores contratos y salario. El éxodo en vez de mejorar, continúa. La continuidad y la renovación de las plantillas médicas está en grave peligro.
Seguimos siendo los médicos peor remunerados del país. En este sentido no ha habido avances. Se nos ha devuelto un 5% en los complementos de lo que nos recortaron en 2012 (estaba previsto), pero nos han pagado menos en el complemento CRP.
Y así la historia continúa: cada vez que falta dinero o es insuficiente, se quita plantilla en AP. No así en educación, a nadie se le ha ocurrido al iniciar el curso hacer contratos eventuales de 1 mes al profesorado, en vez de una interinidad, y es la misma comunidad autónoma.
Necesitamos que los gobiernos se tomen en serio la sanidad pública y la AP como garante de la atención sanitaria continuada y permanente a la población. Esta es una asignatura pendiente que los médicos no dejaremos de recordar una y otra vez. Nosotros somos testigos diarios de las graves consecuencias que todo esto tiene en los profesionales y sobretodo en los pacientes. No vamos a callar, nos va la salud de todos en ello.
